De acuerdo a los sondeos, la oposición difícilmente arrebatará a Morena la presidencia en 2024. Ello derivará, entre otros factores, de los altos índices de popularidad del presidente AMLO y de la patética ausencia de líderes opositores que hagan sombra a personajes como Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum. Sin embargo, en política nada está dicho.
Uno de los rasgos distintivos de la presidencia de AMLO y de Morena ha sido la autoproclamación de una transformación que prometió llevar a México hacia un mejor destino; un movimiento centrado fundamentalmente no en políticas públicas ni acciones de Estado, sino alrededor de la personalidad del líder moral y de su extraordinario talento político.
Desafortunadamente para la vida de las naciones, los ciudadanos eligen a sus representantes basados no en un programa político ni en propuestas, sino en la simpatía que los candidatos provoquen. En otras palabras, la mayoría de los ciudadanos vota en función de cuan bien le caiga uno u otro candidato. Este fenómeno responde principalmente a tres factores: la ausencia de una cultura política, la pobreza educativa y el desinterés hacia los temas públicos. México es un claro ejemplo de ello, pues a pesar de los reveses y fracasos del gobierno de AMLO, el presidente goza aún de una alta popularidad personal.
En un ejercicio de especulación… ¿acudiría AMLO a la ceremonia de investidura de su sucesor si su candidato (llámese Ebrard o Sheinbaum) resulta perdedor en las elecciones presidenciales de 2024? En otras palabras… ¿reconocerá AMLO el triunfo de un candidato de la oposición o intentará reventar la elección mediante una proclamación abierta de fraude, tal y como él mismo lo hizo en 2006 y 2012? Yo me aventuraría a vaticinar que el presidente AMLO, en una clara copia de lo que hizo Donald Trump en 2017, no acudiría a la ceremonia de transferencia del poder presidencial.
En suma, si Morena pierde en 2024… ¿veremos a un AMLO racional que reconozca la derrota espiritual de su movimiento? ¿acudirá a la toma de protesta del nuevo presidente? ¿cederá la banda presidencial a un hombre o mujer surgido del PRI, PAN, PRD o MC? ¿o veremos a un Trump mexicano reclamando fraude y que no reconoce la derrota de su partido? Ciertamente AMLO no estará en la boleta. Sin embargo, sí que estará en juego el legado espiritual del movimiento que le llevó a la presidencia en 2018. Al tiempo.