En una decisión trascendental, la Cámara de Diputados aprobó este miércoles una reforma que establece penas de ocho meses a cinco años de prisión para quienes perpetren violencia vicaria. Con 452 votos a favor, las y los legisladores modificaron la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el Código Civil Federal y el Código Penal Federal, marcando un hito en la lucha contra la violencia de género en México. Hace unos días, Sonia Vaccaro, la impulsora del concepto de violencia vicaria presentaba su libro en la FIL Guadalajara mostrando una investigación de 400 casos en España. Hoy México lo ha reconocido e incorporado a la ley.
Esta medida, que amplía la protección a las mujeres al castigar la violencia ejercida a través de terceras personas, coloca al país a la vanguardia en la defensa de los derechos femeninos. La reforma no solo impone sanciones de prisión, sino que también contempla la pérdida de la patria potestad de menores para aquellos que utilicen a niños, adolescentes u otras personas con el fin de causar daño a una mujer.
La Red por los Derechos de la Infancia en México ha alertado sobre la magnitud del problema, revelando que, en 2022, 2,736 menores fueron atendidos en hospitales por violencia familiar, siendo 2,393 de las víctimas mujeres. Estas estadísticas subrayan la urgencia de medidas efectivas para frenar este tipo de violencia.
Este miércoles, una veintena de mujeres sobrevivientes pausaron sus vidas judicializadas para estar presentes en el pleno de la Cámara de Diputados. Ellas cuentan su historia sobre violencia vicaria:
“Mi historia de recorrido por la violencia vicaria ha sido dolorosa. Enfrentarme desde que me vieran con cara de ‘señora loca’ en juzgados e instituciones públicas y privadas hasta temas familiares por desconocer del término, amigos cercanos diciendo que me alejara de toda esta situación y que lo bueno había sido recuperar a mi hijo… sin embargo, nadie entendía el miedo latente y el terror que me daba que esto volviera a suceder. Cuando solo las mujeres que vivimos este dolor de no ver a tu hijo de un día para otro, hoy podemos saber que tiene nombre y apellido y hoy es una ley de violencia vicaria o ley por interpósita persona. Llegué a pensar que era la única que había padecido estrés postraumático, dolores de cuerpo y mucho dolor del alma. Hoy celebro en sororidad con mis hermanas de lucha y considero que cada hora invertida en esta lucha valió toda la pena para que ninguna otra mujer vuelva a padecer este tipo de violencia dejando una huella histórica en nuestro país. Gracias diputadas, senadores, periodistas, en nombre mío, de mis hijos, de mis hermanas de lucha y de sus hijos, hoy la ley vicaria es ley”.
María José Huitrón Borges
“Hoy después de mucho tiempo me voy a dormir con una sonrisa y muy tranquila, el que se haya aprobado finalmente la Ley vicaria me da una nueva esperanza de que se haga justicia y por fin estar con mis tres pequeños: Havana, Santiago e Isabella y que haga justicia. Gracias a todas y cada una que hizo esto posible, por levantar la voz y a no quedarnos calladas. ¡Justicia para mí y para todas!”
Grecia Jiménez Pedraza
La reforma define y tipifica la violencia a través de interpósita persona como cualquier acto u omisión dirigido a causar perjuicio o daño a las mujeres mediante hijos, familiares o personas allegadas, incluso cuando no se cohabite en el mismo domicilio. Además, establece que toda acción que vulnere los derechos humanos de las mujeres víctimas debe ser investigada, sancionada y reparada con perspectiva de género.
Durante la discusión, la diputada Julieta Kristal Vences Valencia (Morena) resaltó que esta reforma busca hacer justicia a las mujeres a las que se les ha arrebatado sus hijos, enfrentando la violencia institucional y acusaciones falsas que han propiciado la pérdida de la custodia. Por su parte, la diputada Aleida Alavés Ruiz subrayó que el objetivo es fortalecer el marco normativo para prevenir, sancionar y garantizar el respeto de los derechos de las mujeres y la niñez.
Con esta aprobación unánime de 452 votos, las reformas han sido turnadas al Ejecutivo para su promulgación, marcando un paso crucial hacia la protección de las infancias, juventudes adolescentes y mujeres frente a la violencia vicaria en México. En el recinto, las impulsoras y sobrevivientes de las organizaciones colectivas FEMxFEM, Unión de Madres Protectoras, Colectiva Deconstrucción Violeta, Coordinadora de Alianzas por Maternidades e Infancias, Defensoría Popular Feminista, Ley Camila, entre otras, estuvieron presentes.
La vergüenza de Nuevo León
Una de las peores crisis de gobernabilidad y de violaciones a la Constitución manchan las aspiraciones de Samuel García. Entre intentos por reventar la sesión, el Congreso local de Nuevo León nombró como gobernador interino al vicefiscal, Luis Enrique Orozco, el mismo que tuvo en sus manos la carpeta de investigación del feminicidio de Debanhi Escobar y quien aprovechó cada oportunidad y vacío informativo para saturarlo de revictimización. Su teoría del caso fue que Debanhi Escobar caminó sola a la cisterna y que ella misma se ahogó. De inicio a fin, criminalizó a Debanhi, obstaculizó las investigaciones a su propio cargo y sus omisiones siguen sin respuesta: ¿Por qué un cuerpo apareció en una cisterna que había sido revisada días antes? ¿Por qué las cámaras del hotel donde fue hallada no servían? ¿Dónde están los responsables del feminicidio? ¿Por qué insiste en negar que fue un crimen de género?
Encubrimiento, omisiones, revictimización, criminalización… casi la misma proporción de actos criminales que el Fiscal Uriel Carmona ante el feminicidio de Ariadna Fernanda. ¿La gran diferencia? Que en el viejo Nuevo León machista es irrelevante que hoy Debanhi no esté. Mientras un fiscal enfrenta investigaciones y ya pisó la cárcel por su negligencia, otro fiscal llega a ser gobernador. Un congreso lleno de indolentes apoyó la propuesta sin reparar en que Nuevo León ocupa los primeros lugares en feminicidio, que es uno de los peores Estados para ser mujer y que aquel premio por imposición antidemocrática es una ofensa para la memoria de Debanhi Escobar, para su familia y para todas las mujeres que no tienen justicia. Una vergüenza de clase política.