“Yo, triste, que por ella muero y ardo,
la red quise romper; ¡qué desvarío!,
pues más me enredo mientras más me guardo.”
LOPE DE VEGA
“Lo que es ilegal es inmoral.”
PABLO PALAZUELO
Se respira un aire de optimismo. La Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió son inconstitucionales —y por ende inválidos— los artículos que hacían de la Guardia Nacional un cuerpo adscrito a la Sedena. Desgraciadamente también existen vientos de autoritarismo y un fuerte enojo por parte del que no entiende de leyes ni de procesos legislativos.
Me refiero, evidentemente, a López Obrador; una voluntad que espera la ley se adapte a sus deseos (no en balde la andanada de miembros de la 4T señalando y combatiendo al máximo tribunal y a sus ministros)…
Ocho de once legistas votaron a favor de la inconstitucionalidad de la mencionada transferencia. De los otros tres ministros, dos dieron maromas insalvables (Yasmín Esquivel y Arturo Zaldívar), mientras que en esta ocasión —vaya ironía— Loretta Ortiz Ahlf terminó copiando a la ministra plagiaria el sentido de su voto...
Es importante subrayar que la invalidez de los artículos declarada por la Suprema Corte impacta no solo en la parte operativa, sino también en la administrativa de la Guardia Nacional (estamos hablando, como bien apunta el analista y experto en estas materias, Alejandro Hope, de mucho material, muchas gestiones, muchos procesos; camionetas, armamento, equipo de cómputo y un largo etcétera con el cual en teoría ya no podría contar el Ejército). Esta situación ofrecerá pretextos tanto a la GN como a la Sedena cuando vengan las auditorias en un futuro próximo. Se culparán mutuamente; y si bien al final la Auditoría Superior de la Federación identificará cómo fue (de ser el caso) que se hizo un uso inadecuado de presupuestos, llevará más tiempo fincar responsabilidades.
Seguramente en la mañanera del día de hoy escucharemos a López Obrador culpar a la SCJN de ser responsable de la situación de violencia que vivimos, pero sobre todo de la que viviremos próximamente. Dirá que esta resolución del tribunal “no le permite arreglar al país”. Pero ello será mentirle al pueblo de México; su política de combate a la inseguridad y sus mecanismos de política en materia de seguridad pública no han servido. Con cuatro años de la estrategia obradorista de “abrazos no balazos” únicamente se ha incrementado el número de víctimas de violencia (151,571 en lo que va del sexenio; 8,380 en este año) y de desapariciones forzadas (100 mil).
La determinación del tribunal no tiene como propósito darle un revés al presidente López Obrador —aunque él así lo interpretará—. Esta decisión no es algo personal. La resolución de los ministros es clara: se legisló de forma contraria a la Constitución. Los legisladores —morenistas y aliados— fueron obsequiosos con el Ejecutivo federal y ahora han quedado expuestos.
La decisión de los ministros no debe ser contemplada desde la óptica personal de “estás conmigo o contra mí”, tan socorrida y utilizada por AMLO y también “comprada” por la oposición. La Suprema Corte de Justicia vela por el respeto a la ley y hace que la Constitución no sufra menoscabo producto de propuestas mal diseñadas —y peor legisladas— en el ámbito de la creación y modificación del marco normativo.
Ya se pronunció la SCJN. A ver ahora si la 4T se digna a deshacer su enredo… Me temo no lo hará.