Yucatán es una de las pocas entidades que han resistido la avasalladora máquina demagógica de Morena. La península ha sabido permanecer firme ante el asedio de un gobierno de la República que poco a poco ha ido erosionando la autonomía de los estados y el pacto federal.
El estado, a pesar de la presión financiera y los recortes en el presupuesto destinado a servicios esenciales como seguridad, salud y educación, ha navegado de manera estoica por el mar negro de Morena, aunque en ocasiones se le tenga que dar el avión al presidente.
Yucatán resiste
En 2017, un año antes de las elecciones federales, Morena no tenía una sola gubernatura, el PRI dominaba con 15, el PAN con 7 y la alianza PAN-PRD con 4. Para 2022, Morena es gobierno en 22 entidades, un salto impresionante impulsado principalmente por la presión financiera y el clientelismo que depende del manejo discrecional de los recursos.
Frente a los embates del gobierno federal y de los recortes presupuestales que han tenido que enfrentar, Yucatán ha demostrado poseer una resistencia ejemplar. La administración de López Obrador ha mantenido constantemente un trato adverso y diferenciado hacia los gobiernos locales de oposición, a pesar de ello, el gobierno estatal liderado por Mauricio Vila ha sido capaz de conservar una sólida estructura enfocada en preservar y mejorar el trabajo realizado por su antecesor, Rolando Zapata Bello.
Así, a pesar de las circunstancias, aparte de consolidar su posición como el estado más seguro del país, han logrado un significativo desarrollo de su economía a través de la producción y la industria de la transformación, con un notable desempeño turístico y destacar en el ámbito educativo con una sociedad cada vez más culta y educada.
Hay oportunidades, falta energía
Para poder sostener su desarrollo, Yucatán requiere energía, pero la CFE parece empeñada en obstaculizar el progreso. Detuvo durante los primero cuatro años de esta administración la construcción de dos plantas de ciclo combinado y la expansión de la capacidad del gasoducto que alimenta la península.
Ahora y sin resolver la demanda energética, la CFE ha emitido una licitación irregular para buscar a un socio que se encargue de la distribución de gas natural en Campeche, Yucatán y Quintana Roo, buscan beneficiar a los intereses de la empresa SIMSA, la candidata más probable, a pesar de que la precede una cuestionable reputación.
SIMSA, propiedad de Nessim Issa Tafich, cuenta con importantes apoyos dentro de la administración lopezobradorista, ya tiene un convenio con CFE, operado por el director de CFEnergía, Miguel Reyes, para quedarse con la distribución exclusiva de gas natural dentro de la Península de Yucatán.
Lo destacables es que, a pesar de las circunstancias muchas veces adversas, Yucatán ha conseguido mantenerse como uno de los estados más seguros, y económica y estructuralmente estables.
¿Resistirá la propaganda, los apoyos electorales, las presiones políticas del régimen y trazará su propio camino? Si lo logra, la entidad conseguirá ser ejemplo de que, ante la adversidad, consiguieron mantener su posición como uno de los mejores estados en seguridad, economía y desarrollo de infraestructura.
Twitter: @diaz_manuel