“Si la envidia fuera tiña, cuántos tiñosos hubiera…”

Dicho popular

Mérito tiene López Obrador, sin lugar a dudas. Ha logrado que no se hable de la galopante inflación, del gasolinazo, del desastre económico, de la inseguridad y de la corrupción en su gobierno. Tampoco de la ingente cantidad de personas infectadas de Covid. Y eso por mencionar tan solo unas cuantas tragedias que azotan al país.

Para lograr dicha “hazaña”, el presidente de nuestra nación requiere encontrar otros temas hacia donde desviar la atención. Lo sabemos de sobra. Ayer se trató de Ernesto Zedillo. López Obrador se quejó de que Citigroup, ese que ahora se deshace de la marca Banamex, le hubiese pagado 3 millones de dólares.

Información incompleta. Ese dinero ha sido devengado por Zedillo pero por sus servicios profesionales como consejero durante 22 años de trabajo. El sueldo equivale a menos de 140,000 USD al año.

Sigue siendo un monto alto para el nivel de salarios que se perciben en nuestro país, sin duda. No obstante, para el tipo de contratación del que se trata, esa percepción es de lo más normal.

Lo que es más, a la fecha Zedillo se sostiene de su trabajo. Puedo asegurar que el ex mandatario renunció a su pensión presidencial tiempo antes de que López Obrador se lo solicitara. También que da clases en Yale y que ha sido asesor de diversas empresas extranjeras. Y la razón de ello no se debe a complots, al nefasto neoliberalismo o a alguna otra razón malsana que pudiera pensarse. En realidad, es por la capacidad profesional de Zedillo Ponce de León y porque tiene buenas propuestas.

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A Zedillo no le paga el Estado mexicano; obtiene su sustento por sus propios medios, cosa que no pueden decir muchos otros mandatarios en funciones, ex presidentes o ex funcionarios públicos. Me refiero a eso de obtener empleo por sus conocimientos…

Esa es la diferencia entre estudiar, pensar y hacer, a no estudiar y hablar por hablar. Ya no digamos del saber y del hacer.

A Zedillo le heredaron una de las peores crisis económicas que hayamos atravesado y nos sacó de ella; a López Obrador le entregaron un país funcionando y en cuestión de meses nos llevó a una crisis peor a la sufrida en el 94.

Cierto, Zedillo optó por crear el Fobaproa que seguimos pagando, mas López Obrador, en tres años, nos ha endilgado otro llamado NAICMPROA. Pagaremos una eternidad para solventar las deudas producto de haber cancelado el Nuevo Aeropuerto de la CDMX. Hasta el momento van más de 300 mil millones de este último.

Y si a esas vamos, si la reforma al sector eléctrico se concreta, esa que hoy AMLO y toda la 4T empujan con ahínco en el parlamento “abierto”, el costo será del 11 por ciento del PIB, superando cualquier Fobaproa…

Zedillo fortaleció la democracia al impulsar la credencialización electoral universal, así como permitir el primer cambio de gobierno con la oposición por el que optó la población mexicana. Iniciando con practicar la sana distancia entre él y el partido oficial.

Fortaleció al INE, entonces IFE, el cual cumplía diez años en el 2000, y fue con Zedillo que se logró la plena autonomía de dicho instituto. Hoy, López Obrador está haciendo todo lo posible por desaparecer al árbitro electoral y por retornar el control de las elecciones al ámbito del Poder Ejecutivo federal.

En tiempos de Zedillo (lo recuerdo muy bien, pues trabajaba yo allí), la instrucción en Presidencia era: cero favoritismos partidistas. Y me consta se acataba. Total, igualito que ahora…

Cuando Fausto Alzati fue elegido como secretario de Educación por Zedillo y se descubrió que había mentido sobre sus grados académicos, fue despedido de manera fulminante. Hoy la titular de la dependencia ha sido acusada con pruebas y encontrada culpable por el TEPJF de haberle quitado dinero a los empleados del ayuntamiento de Texcoco que ella encabezaba, y el inquilino de Palacio no solo la mantiene en su puesto sino que se da el lujo de defenderla en público.

López Obrador dice que es inmoral que Zedillo trabaje en Citigroup. Yo digo que lo inmoral es que nuestro presidente de la República defienda a personajes como Felix Salgado Macedonio y a Pedro Salmerón. O que minimice el desabasto de medicamentos en el país cuando una de sus funciones primordiales como jefe de Estado es velar por la salud de las mexicanos.

No tiene nada de inmoral sostenerse económicamente a una familia/matrimonio trabajando, pudiendo dar cuenta de ello. Lo inmoral es pasarse más de 18 años sin trabajar y vivir confortablemente gracias a extorsiones.

Inmoral no entregar los premios de una rifa/no rifa del avión presidencial a los hospitales que resultaron ganadores de aquel sorteo de la Lotería Nacional.

Inmoral señalar a Ernesto Zedillo de fifí. Zedillo proviene de cuna humilde; a base de esfuerzo, estudio y dedicación logró convertirse en un funcionario público honesto que no hizo su carrera política en las grillas.

En suma: Zedillo “vende” su cabeza (lo necesita para vivir, no se robó un peso). En el caso del tabasqueño, ni regalada la querrían en Banamex. O quizá sí, ahora que nacionalice dicha banca…

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero