Su hija, de apenas un año ocho meses, sobrevivió al cáncer de ojo denominado "retinoblastoma" gracias a un tratamiento caro y duradero, pero murió en sus manos apenas unos días después de salir del hospital.
Con 25 años, Ryan Lawrence, del condado de Onondaga, Estados Unidos, secuestró a la pequeña, y la golpeó en la cabeza con un bate de béisbol hasta matarla. Posteriormente, arrojó el cuerpo a un arroyo del condado de Onondaga.
Tras la desaparición de padre e hija el pasado 20 de febrero, la policía emitió una búsqueda que duró alrededor de 36 horas hasta que hallaron el cuerpo de la niña en un puerto de la localidad de Syracuse. Las autoridades detuvieron al hombre.
De acuerdo con sus declaraciones, Lawrence asesinó a su propia hija porque, tras superar la enfermedad, se robaba toda la atención de su familia y a él "nadie le hacía caso". Ahora enfrenta 25 años de prisión y espera juicio para el próximo octubre.
Con información de RT.