Una joven tomó la decisión de abandonar la universidad para convertirse en albañil, su verdadera pasión en la vida.
Esta singular historia profesional está protagonizada por Francesca Hawley, una chica británica de 18 años, a la que algunos prejuiciosos e incrédulos que dudan sea trabajadora de construcción por su belleza.
Francesca, originaria de Sheffield, Reino Unido, decidió dedicarse a la albañilería luego de que se diera cuenta que no se encontraba feliz ni en la universidad y ni en su vida en general.
Habló con su padre Richard Andrew, quien es albañil, para decirle que estaba inconforme con sus estudios universitarios y solicitarle que la dejara trabajar con ella en el ramo de la construcción.
El papá de esta chica albañil accedió a contratarla como su empleada. En entrevista con New York Post, Francesca ha comentado que poca gente le cree cuando cuenta a qué se dedica.
“Cuando la gente me pregunta a qué me dedico y les digo que soy albañil, se quedan callados. La gente no me cree, me mira como si mintiera”, asegura Francesca Hawley.
Deja la universidad para convertirse en albañil; asegura que siempre quiso ser como su padre
Una de las razones para que Francesca Hawley abandonara la universidad para convertirse en albañil fue que siempre quiso ser como su padre, a quien admira mucho.
“La mayoría de las personas de mi edad no quieren pasar mucho tiempo con su papá, pero a mí me encanta trabajar con el mío todos los días.”
“Me enseñó un oficio y me ayudó a encontrar el trabajo de mis sueños”, mencionó esta joven trabajadora británica de la construcción.
Francesca Hawley ama trabajar como albañil, pero también disfruta salir de fiesta con sus amigas. Los fines de semana deja las botas y chaleco para enfundarse en vestidos elegantes.
“Desde las 8 am hasta las 6 pm, luzco un desastre, y luego, los fines de semana, vuelve el vestido, los tacones y el maquillaje”, dijo.
Esta joven albañil comparte un poco de su vida en su cuenta de TikTok @francescagraceh. Ahí muestra cómo combina su trabajo en la construcción con otras actividades.
Francesca también ha dejado en claro que los hombres con los que trabaja no la molestan y que al contrario, ella se siente tranquila conviviendo con ellos.
“Crecí con los hombres que trabajan para mi papá, se han vuelto como hermanos para mí. Siempre me trataron muy bien y se aseguran de que esté bien. A veces, incluso salen conmigo por la noche”, expresó la joven.