Un grupo de adolescentes emitió una falsa alerta sísmica desde la ventana de un edificio, donde se escondieron para jugar la cruel broma.

Los responsables, identificados como Aaron, Josué Alberto y Jonathan, colocaron una bocina cerca e hicieron sonar la alarma, aterrando a las personas que se encontraban cerca.

Los residentes de la zona desalojaron las viviendas y se mantuvieron en la calle durante algunos minutos, mientras los jóvenes reían y presumían la acción.