El problema del alcoholismo es uno de los más graves en la sociedad, una adicción que le costó perder el hígado al Dr. Plummer quien recibió un trasplante de hígado en 2014, pero al no quitarse el ansia de beber decidió someterse a un tratamiento experimental.
De acuerdo con The Sun, este doctor tomaba al día un a botella de whisky pero en 2012 su hígado comenzó a fallarle y aunque recibió el trasplante dos años después, el problema de la bebida seguía presente en su vida hasta que decidió ponerle fin con un nuevo y arriesgado tratamiento en Canadá.
Un tratamiento arriesgado y experimental
Éste consistía en perforarle la cabeza y colocarle un par de sondas en su cabeza para ayudarle a dejar el alcohol. Estos electrodos se conectaban a través de una batería puesta debajo de su clavícula.
Estas sondas enviaban impulsos eléctricos o electrochoques a su cerebro con la finalidad de frenar las ansias en el área responsable de las recompensas y la adicción. De igual manera los expertos han asegurado que este tratamiento ayuda a regular y reestablecer la actividad cerebral en el área responsable del deseo hacia el alcohol.
El Dr. Plummer estuvo alrededor de un año en tratamiento con el estimulador prendido las 24 horas y, hasta el momento ha tenido éxito pues ha relatado al medio que no ha sentido ganas de tomar una sola gota de alcohol, aunque ha hecho el experimento y no ha recaído en el alcoholismo.
“Este tratamiento ha cambiado mi vida, me ha salvado. No pienso en el alcohol todo el tiempo como antes. Bebo ocasionalmente pero no lo anhelo”.
Dr. Plummer
Por otro lado, este problema se ha agravado tanto que, tan solo en México el consumo de bebidas embriagantes comienza a los 10 años, esto de acuerdo con un estudio realizado por la CONADIC (Comisión Nacional contra las adicciones).
Además este problema se ha agravado alrededor de un 200 por ciento en las mujeres y ta sólo de 2011 a 2016, el consumo de alcohol en México aumentó un 93 por ciento.