Por arrojar intencionalmente al suelo a su hijo de 4 meses para que dejara de llorar, un sujeto identificado como Matthew Christian Hoisser, de 36 años, enfrenta cargos por homicidio en segundo grado, en Woodbury, Minnesota.
Según reportan medios locales, la denuncia penal señala que el bebé Gus se encontraba en la guardería, el pasado 25 de abril, cuando repentinamente dejó de respirar y fue llevado a urgencias.
En el hospital se le realizó una tomografía computarizada que reveló un severo trauma en la cabeza, por lo que el pequeño quedaría permanentemente ciego, sordo e inmóvil.
Ante dicho diagnóstico, el 30 de abril Gus fue retirado del soporte vital y se le diagnosticó como causa de muerte un traumatismo craneal contundente.
El bebé lloraba mucho y decidió lanzarlo contra el suelo
Según los informes, su padre confesó a los investigadores del caso que estaba cuidando al bebé la noche del 24 de abril, pero este tenía un comportamiento difícil, pues estaba muy inquieto y llorando todo el tiempo.
Hoisser dijo que sostenía al bebé con las dos manos y sin más, decidió arrojarlo al suelo, acción que le provocó un fuerte golpe en el cráneo. Los investigadores afirman que Hoisser también admitió que la cabeza del bebé golpeó una parte del piso sin alfombra unas semanas antes del 25 de abril.
Esto coincide con el reporte del médico forense, quien encontró evidencia de dos lesiones distintas en la cabeza del bebé: una fractura de cráneo y otra lesión en la cabeza. También reportó evidencia de hemorragia a lo largo de su médula espinal.
El padre podría ser condenado a 40 años en la cárcel
Según los informes, Hoisser también reconoció que en ocasiones no tenía mucha paciencia con Gus y no siempre fue "súper amable" con él.
La madre de Gus está embarazada de 10 semanas con otro hijo de Hoisser. Según los documentos de la acusación, los investigadores creen que representa un grave riesgo de seguridad para su futuro hijo.
Ante ello, le fue impuesta una fianza 350 mil dólares a Hoisser, además de una orden de no contacto por abuso doméstico.
Si el sujeto es declarado culpable, podría enfrentar hasta 40 años de prisión. Su próxima audiencia en la corte está programada para el 19 de agosto.