Qué horrible es despertar un sábado a las 10 de la mañana y en tu primer momento de lucidez darte cuenta que apenas antier terminaste con esa persona especial. Inmediatamente quieres volver a dormir y no despertar hasta octubre, cuando tu corazón ya ha sanado un poco.
Abrazo grupal para todos aquellos que están pasando por una experiencia así. Pero aquí les explicaremos por qué nos duele tanto una ruptura amorosa y sentimos que nuestro corazón se rompe en pedacitos.
Bien, mientras que a un peligro inminente el órgano que gestiona la posible situación de emergencia es el hipotálamo, frente a un truene el que se activa es el sistema nervioso parasimpático, parte del sistema nervioso autónomo.
Pongan atención, porque aquí viene lo bueno: una de sus fibras nerviosas principales la constituye el nervio vago y, a través de este, se transmiten, por orden del cerebro, distintas señales que alcanzan al corazón y al estómago.
Y eso duele de verdad, duele físicamente. Incluso hay estudios que comprueban que al ver fotos de nuestros ex, el recuerdo de ese abandono desata esa sensación. Además, una vez que la oxitocina, la adrenalina, la dopamina, la serotonina y la vasopresina, deciden desaparecer, el mundo parece caérsenos encima.
Este dolor real, afirman los científicos, se puede atacar con medicina, pues las reacciones posteriores son muy parecidas al dolor físico. Por ello, el psicólogo de la Universidad de Kentucky, Nathan Wall, llevó a cabo toda una investigación.
Así, el experto afirma que el paracetamol es capaz de reducir esa respuesta física y neuronal asociada al rechazo, ya sea de una pareja o de algún círculo social. Su análisis apunta que este medicamento disminuye la actividad cerebral relacionada con el dolor.
Con información de El País.