Cameron Underwood intentó suicidarse en junio de 2016. Para hacerlo se pegó un tiro en la cara que no le arrebató la vida pero sí lo dejó desfigurado.
18 meses después, un equipo de 100 profesionales del centro médico Langone de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos, le practicó una cirugía de reconstrucción que duró 25 horas.
"Fue un momento bajo en mi vida. Todos hacemos cosas que no son, ya saben, ideales. Pero las superas. Ojalá que con su ayuda podamos superar esto" decía el chico antes de la operación.
Finalmente, Eduardo Rodríguez, el cirujano que lideró la intervención, dijo que "sin los esfuerzos de Underwood a favor de su recuperación física y emocional no se habría logrado el éxito".
"Confiamos en que podríamos mejorar su apariencia y, lo que es más importante, su función y calidad de vida. Underwood ha tenido una segunda oportunidad gracias al fallecimiento de William Fisher, cuya madre agradece que al cumplir su decisión, pudiéramos dar vida a otros", explicó el doctor.
Por su parte, el joven agradeció tener otra vez boca y nariz pues dijo, así puede sonreír, hablar y comer alimentos sólidos.
Fotos: Tomadas de Monica Schipper / AFP