Un usuario de Twitter contó a través de su cuenta personal la estafa en la que estuvo a punto de caer cuando conoció a un “chico guapo”.
Tuvieron su primera cita y 30 minutos después, le pidió un celular nuevo.
Así es, sólo 30 minutos después de la primera cita, el “chico guapo” le envió un mensaje para pedirle un celular nuevo con el discurso más aburrido y menos original de la historia.
Según contó Mario, quien aparece en la red social como ‘@Tequejas’, lo invitó a comer para conocerse, pero inmediatamente después le envió un mensaje de terror.
¿Era un estafador?
“Chico guapo de Grindr aparece, lo invito a comer; 30 minutos después de la comida...”, escribió el internauta en el pie de la captura de pantalla del texto que le mandó el estafador.
En este, el “chico guapo” le explicaba que su teléfono le estaba fallando mucho y, ya que lo ascendieron a auditor de obra, requería uno nuevo.
“Necesito de tu ayuda, ¿crees que podrías ayudarme a sacar uno y las mensualidades te las voy dando a ti?”, le escribió apenas después de su primera cita.
¿El pretexto? aparentemente no tenía historia con las tiendas y le pedían hasta un 80 por ciento del pago inicial, además de que ya había gastado mucho dinero en tres Galaxy.
Tal cual, como si ese fuera el problema de su nueva cita, quien de inmediato detectó que era un estafador.
Pues el “chico guapo” usaba su atractivo físico para atreverse a tanto: pedirle un celular nuevo.
¿Qué pasó con el “chico guapo” estafador de Grindr?
El usuario de Twitter ‘@Tequejas’, denunció la estafa que intentó aplicarle un “chico guapo” de Grindr minutos después de su primera cita.
“De verdad lo necesito urgente pero no tengo historiales ni tarjetas de crédito”, le dijo, a lo que la víctima contestó que él tampoco tenía crédito.
Entonces, así sin tantita pena, se atrevió a pedirle que le comprara un celular nuevo de contado para que él le pudiera ir haciendo pagos.
Sí, después de la primera cita, increíble.
En consecuencia, por supuesto que Mario se negó y a pesar de que el “chico guapo” parecía en verdad desesperado, eso fue la gota que derramó el vaso.
“No hubo iPhone ni segunda cita, se acabó el amor”, finalizó Mario.