Todo lo que se hace por un 10...
Un estudiante de la Universidad Estatal de Arquitectura y Arte de los Urales, en Rusia, se presentó a clases con una botarga de Garfield para ganarse la simpatía de la maestra, amante de los felinos.
Sorpresivamente la mujer comenzó a acariciar y elogiar el esponjoso disfraz hasta que terminó cediéndole el poder a su alumno: "¡Aprobado de por vida!", le dijo.
La situación causó que el rector de la institución iniciara una investigación al respecto, pues los rumores acerca de que diversos estudiantes asisten con accesorios y ropa con estampados de gatos en busca de buenas notas son cada vez más fuertes.