Ubicada en Avenida José Vasconcelos 125, Colonia San Miguel Chapultepec, la Moira es una de las casas más terroríficas de la Ciudad de México. El nombre de la casa es retomado de "Las Moiras", unos personajes de la mitología griega que personifican al destino. La palabra griega "moira" significa literalmente "parte" o "porción".
Los vecinos cuentan que en la década de los 70 un niño de ocho años llamado Marco entró a la casa y vio cosas extrañas, lo que originó una pronta huida del inmueble; sin embargo, su curiosidad fue más grande, y al paso de unos años decidió regresar, pero esta vez no pudo huir y murió colgado.
La primera vez que Marco entró a la casa vio a un niño colgado del techo de una de las habitaciones de la planta alta. Y pese a que salió corriendo, años después seguía recordando aquella experiencia, por lo que decidió regresar y comprobar si había sido real o producto de su imaginación.
Marco fue encontrado muerto en el mismo cuarto donde años atrás había visto al niño ahorcado, pero nadie supo con certeza qué fue lo que pasó, si se trataba de un suicidio o un asesinato.
Tiempo después, esta casa comenzó a ser conocida por las sesiones espiritistas que se realizaban en ella, y donde dicen que incluso hubo posesiones demoníacas.
En algún momento se realizaron recorridos nocturnos en el interior de la casa, los cuales dejaron de realizarse porque la intensidad de las manifestaciones era tanta, que aquella experiencia se volvió peligrosa.
Luego funcionó como un Centro Cultural abierto a todo tipo de expresiones artísticas y cuyas paredes estaban pintadas por diferentes expertos. En ese entonces podía ser visitada por cualquiera, pero de pronto, cerró sus puertas.
Hoy por hoy, está abandonada.