México, D.F.- José Doroteo Arángo, mejor conocido como Francisco Villa, fue uno de los jefes de la revolución mexicana.

“El Centauro del Norte” murió asesinado en Hidalgo del Parral, Chihuahua, el 20 de julio 1923.

Su memoria se honra hoy por mexicanos, estadounidenses y personas de todo el mundo, tan sólo en numerosos barrios y calles del país han recibido su nombre a manera de homenaje.

Villa perdió el dominio territorial en 1915 de la zona norte del país a manos de Álvaro Obregón y Plutarco Elias Calles, por lo que se retiró en 1920. Sin embargo  en 1923 decidió volver a involucrarse en la política mexicana y fue asesinado.

Un homicidio histórico que tampoco fue esclarecido. Las sospechas recaen en Álvaro Obregón quien quería asegurar el camino de Plutarco Elías Calles a la presidencia a través del PNR (predecesor del PRI).

 

Pancho Villa acostumbraba la compañía de periodistas e intelectuales, razón por la cual su figura trascendió fronteras e idiomas. Escritores como John Reed y el autor de “La Sombra del Caudillo”, Martín Luis Guzmán, lo acompañaron en sus caminos.