El pasado 30 de abril un joven identificado como Daniel hizo un reclamo a la empresa Marinela luego de que comprara unos chocorroles y en el empaque de dos pastelitos solo viniera uno. Meses mas tarde, alguien recibió uno extra por lo que decidió mandárselo a Daniel por correo.

La historia del chocorrol perdido comienza con el reclamo en Facebook por parte de Daniel, luego de recibir sólo uno de los dos pastelitos que promete el empaque.

Marinela le contestó de inmediato a Daniel pidiéndole su dirección para atender su caso. Al parecer todo parecía el inicio de un trámite sin fin hasta que otro usuario identificado como Rodolfo resolvió el misterio del chocorrol ausente.

“Oye no me lo vas a creer pero me lo pusieron a mi, jajaja. Me vinieron 3 chocorroles y es un paquete de dos normal. Dime a dónde te lo mando, aquí lo tengo”

Rodolfo

A su comentario adjuntó la foto en donde, efectivamente colocaron un chocorrol extra y aunque Daniel lo tomó con humor al pensar que al menos alguien había disfrutado de su chocorrol, Rodolfo se vio muy comprometido a mandárselo por correo. No, no es broma.

A través del Facebook de Daniel, evidenció parte de las conversaciones que luego de la publicación mantuvieron y anexó fotos de cómo fue que envió el chocorrol desde Monterrey al dueño original -hasta los MochisSinaloa- a través de paquetería.

Luego de unos cuantos días Daniel por fin recibió lo que tanto anhelaba: su chocorrol y anexó las fotos del envío comprobando que el pastelito de chocolate llegó en perfecto estado junto a un mensaje de Rodolfo:

“Que nunca te hagan falta los chocorroles en tu vida, ¡disfrútalo amigo!” 

Rodolfo

La historia se volvió viral en todas las redes sociales con diversas reacciones por parte de los usuarios en donde felicitaban la solidaridad con la que Rodolfo se comportó hacia el caso de Daniel.

Finalmente, Chocoroles Marinela se contactó de nueva cuenta con Daniel luego de que la historia se viralizara aunque de momento no ha habido ninguna otra actualización pero, de acuerdo a expertos en marketing esta historia solo perjudica a la marca al evidenciar la poca o nula respuesta hacia el consumidor al no atender sus quejas.

Además, al viralizarse la historia expuso todo un hilo de malas experiencias de otros consumidores hacia la marca, dejando de cualquier forma mal parada a Chocoroles Marinela dejando en claro que las interacciones con la comunidad de manera digital son igual -o más- importantes sobre todo si se encuentra en una crisis de marca.