Noticias tristes y esta. La mesera Emily Bauer recibió una generosa propina mientras trabajaba en un restaurante de Texas, Estados Unidos, al que llegó hace apenas dos semanas. Sin embargo, el establecimiento no le dio ni un peso debido a sus políticas administrativas.
Resulta que el pasado 29 de noviembre, uno de sus clientes, quien resultó ser dueño de tres restaurantes, tuvo que retirarse del "Red Hook Seafood and Bar" debido a que su pedido estaba tardando mucho porque tenían mucha gente aquél día, así que la mesera disculpó una y otra vez por el lento servicio.
Pero lejos de molestarse, el hombre le dijo que entendía lo difícil que era ser servidor y le pidió que cancelara todo y le diera su boleto para salir del estacionamiento. Y así lo hizo, pero al revisar el ticket, vio que el cliente le había dejado 2 mil dólares de propina (39 mil 546 pesos), además de un bonito mensaje.
"¡Feliz Navidad! ¡Sigue trabajando duro!"
Se leía en el ticket.
Al descubrir el monto de la propina, la mesera rompió en llanto y se ilusionó con gastar ese dinero en sus dos pequeños hijos; uno de cinco meses y otro de dos años: "Nunca he tenido una Navidad en la que haya tenido la oportunidad de derrochar en ellos", contó.
Sin embargo, la mujer no pudo recibir un sólo peso de los 39 mil 546 pesos debido a que las políticas administrativas del restaurante no permiten procesar propinas superiores a los 500 dólares (10 mil pesos), así que el monto de la gratificación no fue cargado a la cuenta de crédito del bondadoso hombre.
Entonces, intentaron contactarlo pero no tenían registro de sus datos, así que Emily comentó que aunque no podría cobrar la propina, le agradecía por tener un corazón tan grande. Posteriormente la historia se viralizó y el restaurante publicó su decisión final: evaluarán la posibilidad de pagar el monto total de la propina a su mesera, pero omitieron más detalles al respecto.