Arqueólogos rusos hallaron los restos de una niña fruto de un neandertal y un denisovano en una cueva de Siberia, que datan de hace 50 mil años.
Tras un análisis del genoma, los científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, en Alemania, comprobó que se trataba de un homínido; mezcla de dos especies humanas distintas. Los denisovanos fueron remplazados por los humanos actuales.
"Sabíamos que individuos fruto de la hibridación existían, pero encontrar uno era una locura", dijo el investigador Benjamin Vernot.
Según AFP, la menor habría fallecido a los 13 años y la madre está genéticamente más emparentada con los neandertales que vivieron más tarde en Europa occidental que con los que residían en la cueva de Denísova.
Esto explica, aseguran los expertos, que los neandertales migraron entre Eurasia occidental y oriental decenas de miles de años antes de su desaparición.