Las lágrimas de felicidad de Rocco, un niño de 11 años, al encontrarse con Jack, resumen lo que alguna vez dijo Sigmund Freud sobre la relación humanos-animales.
Jack ha sido mascota del menor por más de cuatro años. Su familia los describe como inseparables. Cuando el can desapareció, Rocco lo buscó de puerta en puerta en la ciudad argentina de Pergamino.
La infelicidad del niño derivó sus amigos usaran las redes sociales para dar con el perro y afortunadamente alguien lo halló vagando cerca de una gasolinera.
El clip en el que se reencuentran con un increíble abrazo ha conmovido a millones de personas de Facebook, quienes compartieron anécdotas similares para solidarizarse con la alegría de