Roman Savin, un joven piloto de 23 años, se convirtió en repartidor de comida debido a la pandemia, ya que se vio forzado a encontrar un nuevo empleo para sobrevivir y pagar las cuentas a lo largo de este 200.
Así lo contó a través de su cuenta de Facebook, donde compartió fotos de cómo era su vida antes de la llegada del coronavirus, cuando solía volar entre 90 y 100 horas al mes durante las temporadas altas de verano, y ahora, que ha tenido un total de 140 horas en todo el año.
El piloto, que reside en Lituania, actualmente trabaja como agente de ventas en un taller de repuestos de aviación, y los fines de semana reparte comida a domicilio. Esto, porque el trabajo no tenía un horario fijo. Ser repartidor no conlleva ninguna obligación para él, pues tampoco se firma un contrato y esto le permite seguir volando de vez en cuando.
"He trabajado como piloto durante los últimos 3 años. Como sabrán, la pandemia ha llevado a la industria de la aviación a mínimos históricos"
Roman Savin, piloto.
Asimismo, Savin contó que la aerolínea rusa para que la labora todavía tiene algunos vuelos, la mayoría chárter; es decir, que no se comercializa por los canales habituales de venta, y en realidad, ahora vuela una vez al mes, lo que significa que dispone de 30 días de sobra en los que trabaja en el taller de repuestos y como repartir.
Para llegar a ser piloto, necesitó 2 años de formación: "Empecé a los 17 años, terminé los estudios a los 19 años, y conseguí mi primer trabajo a los 20 años", añadió. Por este motivo, su historia inspiró a miles de personas en redes sociales que consideran que su entusiasmo es encantador.
"¡Su actitud es realmente genial! ¡Sobrevivirá!", escribió una internauta. Por su parte, otro subrayó que "de este modo el hombre "multiplica sus experiencias en lugar de quejarse y esperar". Y "lo que me gusta de él es que se arremangó y está sacando lo mejor de una mala situación", comentó otro.