Un residente de Japón murió aplastado por su extensa colección de revistas pornográficas, que en total pesaban seis toneladas, según reportan diarios de aquel país.
La colección incluía recortes de las partes favoritas de las revistas eróticas, así como números completos.
El difunto duró sepultado bajo la colección que le diera muerte durante seis meses. El cadáver fue descubierto cuando su casero entró a la residencia a descubrir porque no había sido pagada su renta.
Se desconoce si la persona identificada como “Joji”, que trabajaba en la industria automotriz, falleció asfixiado o por un ataque cardiaco.
Sin embargo, una de las personas contratadas para limpiar la residencia señaló que aunque hubiera sobrevivido a la caída de las revistas, estas probablemente habrían impedido el escuchar los sonidos pidiendo auxilio.