La razón por la que los seres humanos no podemos respirar bajo el agua es que nuestros pulmones no son capaces de extraer suficiente oxígeno de ese líquido vital.
Mucha gente se pregunta por qué otros seres vivos como peces y ranas pueden respirar bajo el agua, es por que tienen branquias, que son muy similares a los pulmones humanos. Pero entonces si somos tan parecidos ¿por qué los humanos no podemos respirar bajo el agua?
Sucede que las branquias y los pulmones están diseñados para funcionar en diferentes entornos. El agua de mar, por ejemplo, contiene de 1.5 a 2.5 por ciento de partículas de aire, de lo cual apenas la tercera parte es oxígeno.
Además debemos tomar en cuenta que estas especies son de sangre fría y sus necesidades de oxígeno son menores, a comparación de animales de sangre caliente, como mamíferos y aves, que requieren de más oxígeno.
Los peces han evolucionado para que las branquias puedan absorber la mayor cantidad de oxígeno del agua. Las branquias tienen diminutos vasos sanguíneos muy cercanos a la superficie de la piel, o membrana, que dejan pasar fácilmente el oxígeno contenido en el agua por donde nadan.
Es así como el oxígeno puede llegar a la sangre de los peces y además, por medio de estas membranas también pueden expulsar los gases se desecho como el dióxido de carbono.
Las branquias son tan eficaces en su "trabajo" que incluso podrían mantener vivos a los peces estando fuera del agua, si hubiera una manera de mantenerlos siempre mojados. Es decir no es necesario que estén flotando para vivir, pero el agua si es necesaria.
De hecho fue el proceso evolutivo que transformó las branquias en pulmones para adaptarse a la vida fuera del agua. Entonces los pulmones trasladaron este proceso de absorción del oxígeno al interior del cuerpo, en un ambiente húmedo, protegido y cálido.
Gracias a esta evolución los seres humanos han podido aprovechar mayores niveles de oxígeno de la atmósfera que del agua. La atmósfera ofrece 40 veces más oxígeno que el agua.
El oxígeno es necesario para alimentar los músculos, el cerebro y el resto del cuerpo, por eso quienes reciben oxígeno del aire llegan a tener más energía que muchos animales que reciben oxígeno del agua.
Mamíferos como los delfines y ballenas, son animales que volvieron al agua, por ello aún tienen que salir de vez en cuando a recibir aire fresco.
A lo más lejos que hemos llegado los humanos para poder respirar bajo el agua, es absorber oxígeno por medio de perfluorocarbono, que es un líquido que puede contener altos niveles de oxígeno absorbibles por el organismo humano.
Es decir, los humanos no podemos respirar bajo el agua, no tanto por que los pulmones se nos llenen de líquido, más bien porque no hay suficiente oxígeno disponible que podamos absorber.
Con información de Leadership