Durante meses, Cindy Biddle creyó que en su nariz se había alojado un molesto barro que se negaba a sanar y desaparecer, por ello incluso visitó al dermatólogo para que analizara la situación y le dijera qué hacer. 

Desafortunadamente, el médico le recetó solamente una pomada antibiótica para acabar con lo que parecía una herida infectada tras haber sido tocada en repetidas ocasiones y durante mucho tiempo por su portadora, pero nadie imaginaba lo que realmente se escondía detrás. 

Un día, Cindy acudió al hospital por un episodio de migraña aguda y mientras la examinaban, otro médico notó la herida en la nariz y decidió indagar sobre ella al mismo tiempo que ordenó que un especialista revisara el caso. 

Aquel punto en la base de la fosa nasal izquierda de la mujer de 42 años resultó ser la manifestación externa de un tumor ocasionado por cáncer de piel. 

Cindy tuvo que someterse a una cirugía para extirpar el carcinoma que la hizo perder parte de la fosa nasal y que provocó que buena parte de su rostro tuviera que ser reconstruido con cirugía plástica.  

La situación llevo a la mujer a hacerse consciente de que durante su vida había pasado mucho tiempo expuesta a los rayos UV del sol sin utilizar ningún tipo de protección y por ello, ahora, ya que sus aparatosas heridas han sanado, dedica buena parte de su tiempo a concientizar sobre esta peligrosa enfermedad. 

Con información de The Mirror.