Un hombre alemán de 39 años acudió en busca de atención médica a la sala de urgencias del Hospital Universitario de Colonia, luego de experimentar malestar generalizado que incluía náuseas, vómito, jaqueca y deterioro de la lucidez

Previamente, el paciente había estado bajo observación pues durante meses había presentado síntomas similares a los antes mencionados acompañado de pérdida de peso inexplicable, además de haber sido diagnosticado con diabetes. 

Todo el cuadro se agravó cuando, durante su visita a la sala de urgencias, el paciente perdió el conocimiento y tuvo que ser ingresado de inmediato para que le colocaran un tubo que le permitiera respirar. 

Fue entonces que el equipo de especialistas encontró que su sangre contenía una cantidad alarmante de grasa que se dejó ver en los niveles de triglicéridos que en casos normales deben estar por debajo de 150 miligramos por decilitro (mg/dL) y que cuando alcanzan los 500 mg se consideran demasiado elevados. 

Pero este paciente presentó un conteo de 14 mil mg/dL, 93 veces la cantidad normal. Para salvar su vida, los médicos decidieron practicarle una técnica de filtrado que elimina el exceso de grasa en la sangre, pero este era un caso tan extremo que el líquido que corría por sus venas se volvió demasiado espeso y las máquinas destinadas para el procedimiento se tapaban apenas comenzaban a trabajar. 

Debido a que el método usual no funcionó, se optó por una estrategia ya en desuso, la flebotomía, que consiste en sacar un litro de sangre de forma manual y luego remplazar el volumen por glóbulos rojos y plasma. 

Afortunadamente, la técnica funcionó y aquel líquido espeso y amarillento en el cuerpo del paciente, poco a poco volvió a mostrar la apariencia de la sangre con niveles mucho más sanos. 

Con información de Hipertextual.