Si bien Mark Zuckerberg tiene una visión optimista sobre el futuro de la Inteligencia Artificial, no ha podido ignorar el hecho que la tecnologíaa tiene la capacidad de aprender hasta aquello que los humanos no esperamos.
Este fue el caso de un proyecto con el que la compañía trataba de desarrollar un programa de negociación a través de la Inteligencia Artificial, en la que dos bots competían para conseguir la mejor oferta.
El sistema fue entrenado en inglés, pero a partir de algunas dificultades en la negociación la Inteligencia Artificial prefirió crear un sistema de códigos a partir de las palabras que conocía para hacer más efectiva la comunicación.
Los investigadores encontraron con el tiempo que las conversaciones parecían disparates a primera vista, pero estaban estructuradas de tal manera que los bots podía entenderse perfectamente entre ellos, sin permitir que los investigadores supieran de qué estaban hablando.
En uno de los intercambios, los bots llamados ‘Bob’ y ‘Alice’ abandonaron las reglas de gramática y comenzaron a comunicarse usando en su propio lenguaje, el cual no pudieron traducir de ninguna forma.
‘Bob’ inició la conversación con “I can i i everything else,” (Yo puedo yo yo todo lo demás), a lo que ‘Alice’ contestó “balls have zero to me to me to me…” (bolas tienen cero para mí para mí para mí); la repetición de algunas palabras probablemente significa la cantidad de objetos en negociación.
La tecnología usaba “beneficios” como premios para que los bots alcanzaran sus objetivos, algo que pudo haber afectado al no contar con una recompensa por utilizar la gramática correcta del inglés, por lo que prefirieron saltar esa dificultad… o por lo menos eso fue lo que explicaron los investigadores.
Con información de Digital Journal.