Washington, 7 de agosto (EFE).- El descenso del explorador Curiosity sobre la superficie de Marte es un paso significativo para lograr el objetivo de enviar astronautas al planeta rojo a mediados de la década de 2030, afirmó Charles Bolden, director de la NASA.
“Hoy las ruedas de Curiosity han comenzado a trazar el sendero para las huellas humanas en Marte”, señaló Bolden en una rueda de prensa en el Laboratorio de Propulsión de la Agencia Espacial Estadunidense en Pasadena, California.
El Curiosity, que se posó sin incidentes sobre Marte a las 5:32 GMT dando comienzo a una misión de dos años, “intentará buscar una respuesta a la antigua pregunta de si la vida ha existido en Marte o si el planeta puede albergar vida en el futuro”, dijo Bolden.
“El presidente Obama ha fijado la ambiciosa meta de enviar humanos a Marte a mediados de la década de 2030 y el aterrizaje de hoy supone un paso significativo en el logro de ese objetivo”, abundó el director de la NASA.
El explorador Curiosity llegó a Marte después de una travesía espacial de unos 566 millones de kilómetros en ocho meses y diecisiete días y tras superar con éxito los llamados “siete minutos de terror” finales del aterrizaje.
“Los siete minutos de terror se han convertido en los siete minutos del triunfo”, dijo el director científico de la NASA, John Grunsfeld.
“Estoy entero y a salvo en la superficie de Marte”, fue el mensaje enviado por el robot Curiosity al blog de la NASA en cuanto se posó sobre el planeta rojo, lo que dio lugar a una celebración con aplausos y abrazos entre el personal de sala de control del Laboratorio de Propulsión en Pasadena, California.
Durante el descenso el Curiosity realizó una serie de procesos muy complicados, incluidos cambios en la configuración del vehículo. Debido a esto, se suspendió momentáneamente la comunicación con el robot. Para el equipo en la Tierra, estos instantes de incertidumbre fueron la parte más tensa de la misión tras el despegue.
Curiosity comenzó el descenso en caída libre a una velocidad aproximada de 21 mil 600 kilómetros por hora. En ese momento, el único medio viable para comenzar la desaceleración de la nave fue la fricción con la atmósfera marciana. Debido a que este proceso generó temperaturas muy altas, el robot contaba con un escudo para evitar daños.
Una vez que la velocidad disminuyó lo suficiente (menos mil 450 kilómetros por hora) se abrió un paracaídas.
Cuando la velocidad se redujo a 500 kilómetros por hora el escudo contra el calentamiento se desechó y Curiosity comenzó a escanear el suelo para encontrar un sitio propicio donde posarse.
A una velocidad de 280 kilómetros por hora, el robot se liberó del paracaídas, y un mecanismo equipado con retrocohetes llamado Sky Crane (“grúa del cielo”) comenzó a funcionar. La grúa se encargó de depositar al Curiosity suavemente en la superficie de Marte por medio de cables.
Una vez que el robot se encontró firmemente en el suelo, cortó los cables que lo conectaban con la grúa. Entonces, el Sky Crane se alejó y cayó en algún sitio distante.
Después de tocar terreno, Curiosity comenzó a comunicarse con la Tierra para informar que todo había salido bien.