Investigadores de los países bajos encontraron la forma de hacer un dispositivo capaz de almacenar, en una escala atómica, 500 terabits de información en tan sólo una pulgada cuadrada. En esa medida tiene el potencial de almacenar la biblioteca entera del Congreso de Estados Unidos en un cubo de 0.1 milímetros.
El método desarrollado por Sander Otte y sus colegas de la Universidad Tecnológica de Delft fue el siguiente:
Colocaron átomos de cloro en una superficie de cobre, logrando una cuadrícula perfecta. Dentro de esta cuadrícula aparecen orificios de átomos perdidos. A través de una transposición binaria y la ayuda de un microscopio de efecto túnel, los investigadores son capaces de manipular cada átomo y acomodarlos a su gusto.
Cada bit consiste en dos posiciones de átomos de cobre y un átomo de cloro que se ajusta entre ellas. Cuando el átomo de cloro está en la posición superior, con el espacio vacío debajo, se convierte en ‘1’. Si la situación es al revés, la posición indica un ‘0’. Cada posición está contenida a su vez por otros átomos de cloro, haciendo a este método mucho mas estable.
Usando esta técnica lograron escribir, leer y reescribir datos en un kilobyte comprimiendo 8 mil bits atómicos, convirtiéndose en la estructura atómica más grande construida por humanos.