Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Singapur (NUS, por sus siglas en inglés) anunciaron que trabajan en un proyecto que utiliza los desperdicios de alimentos para obtener energía eléctrica y térmica que se almacena en una estación de carga para teléfonos móviles.
El proyecto consiste en un biodigestor anaeróbico capaz de producir entre 200 kilovatios-hora y 400 kilovatios-hora de electricidad con una sola tonelada de desperdicio de comida, variando de acuerdo a la composición que tengan los residuos.
Eso sí, mientras exista una mayor concentración de carbohidratos, proteínas y grasas en el desperdicio que se utilice, mayor será la cantidad de biogás, y en consecuencia de energía eléctrica, que se genere.
Los científicos explicaron en un comunicado que el sistema funciona como un “estómago bioquímico” que descompone la materia orgánica en biogás a través de una mezcla especial de microorganismos anaeróbicos en un ambiente sin oxígeno.
El biogás se convierte en calor y energía eléctrica, mientras que la “humedad y los gases traza como el hidrógeno y el sulfuro, que tiene un olor acre, se eliminan”, informó Tong Yen Wah, director del Programa de Soluciones de Sostenibilidad Ambiental y Energética para Megaciudades.
El exceso de electricidad que genera el biodigestor se almacena en baterías que se pueden usar para cargar teléfonos móviles y tabletas, por lo que la NUS decidió colocar en su campus uno de estos sistemas que trata hasta 200 kilos de desperdicios al día, aunque ya preparan una segunda estación de carga con capacidad de hasta 400 kilos.
Con información de Notimex.