Por lo menos 17 de los 93 integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que se declararon en huelga de hambre en protesta por la extinción de Luz y Fuerza del Centro han suspendido su participación en ese movimiento por problemas de salud.
A un mes de haber tomado la decisión de emplear esa forma de lucha los ex electricistas están más delicados de salud por falta de ingesta de alimentos presentan problemas cardiacos, baja en glucosa, desmayos, afecciones renales e incluso uno sufrió trombosis en la pierna.
Médicos particulares, otros adscritos a la Secretaría de Salud del Distrito Federal, paramédicos de la Cruz Roja e incluso algunos que laboran en el IMSS pero que participan a título personal en la revisión de los huelguistas constataron los reportes.
Fernando Amezcua, secretario del Exterior del SME, comentó que cuatro de sus compañeros que tuvieron que suspender su huelga de hambre están internados en la clínica 26 del IMSS y en el Hospital Durango.
El resto está en sus casas reponiéndose y recibe apoyo de sicólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) , donde se les atiende en el aspecto de la salud mental.
Amezcua indicó que los 76 miembros de su sindicato que continúan en huelga de hambre, entre ellos nueve mujeres, se mantendrán en su decisión de seguir adelante en ese movimiento y dijo que lo único que están ingiriendo es agua con miel y suero oral.
En un recorrido por el campamento instalado en el zócalo de la ciudad de México por los huelguistas se observó que la mayoría de los integrantes de ese movimiento de protesta mantienen un estado de salud aceptable, aunque algunos se ven bajos de peso y demacrados.
El senador por el Partido de la Revolución Democrática, Carlos Sotelo, se solidarizó este martes con los inconformes y se declaró en ayuno de 24 horas, ya antes algunos legisladores locales de ese partido han hecho algo similar.