“En la mayoría de los casos sólo pódemos decir que la causa de cada pequeña variación o de toda monstruosidad se encuentra más en la naturaleza o en la constitución del organismo que en la naturaleza de las condiciones circundantes.”

CHARLES ROBERT DARWIN

“No, no te preguntes por qué a la tía Sara la persiguen los nazis alemanes, qué han hecho tus abuelos o qué has hecho tú para que te odien. Sólo preguntártelo es una monstruosidad.”

JULIA NAVARRO

En esta ocasión no me refiero a la gestión del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, sino al trabajo que lleva a cabo en la SCJN la ministra del presidente López Obrador.

Terrible. Hace menos de una semana, la incompetencia de él mostró nuevas cotas. Ayer fue nuevamente ella... Es de familia.

Lenia Batres sostiene que la democracia deliberativa no se encuentra definida, concebida ni contemplada en nuestro régimen constitucional. Afortunadamente, la ministra Margarita Ríos Farjat le enmendó la plana y aclaró lo que todo el mundo que conozca la Constitución (o que al menos la haya leído recientemente) sabe: la Carta Magna —en su artículo 26-A, para ser más precisos— tiene otros datos a los vertidos por Batres...

La Constitución considera de manera expresa el principio de la democracia deliberativa; además, por lo que respecta al procedimiento legislativo, su debida observancia es un componente fundamental para determinar su validez.

La forma de respetar el principio de democracia deliberativa es mediante el cumplimiento de las propias normas que el Congreso estableció para regular el proceso de creación de leyes. Esto es, permitir y garantizar el derecho a la participación, en condiciones de libertad e igualdad, de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria.

Pero la ignorancia (ciertamente la de Lenia) es atrevida y resiliente. Aunque la ministra Ríos Fajart le demostró su analfabetismo jurídico, en la noche Lenia compartió en sus redes lo siguiente: “La democracia deliberativa es una concepción ELITISTA de la democracia que pretende anular el principio de mayoría que precisamente caracteriza a la democracia”.

La señora no sabe, no entiende, y encima insiste en hacer el ridículo. Hasta un trapeador de pisos tiene más utilidad y es más limpio que las palabras de “la constitucionalista”.

La democracia deliberativa es un derecho en contra de las aplanadoras legislativas, tipo las que Morena ejerce. Pero, claro, ella está en la Suprema Corte para hacerla de cabildera del Ejecutivo federal y para destruir al Poder Judicial del que ella forma parte (¡y donde cobra su sueldo pagado con nuestros impuestos!).

La base democrática es un derecho que opera tanto a favor como en contra de las aplanadoras, cierto. Pero eso no significa que (1) todas las mayorías tengan razón ni (2) que todas sean democráticas (dense una vuelta por Cuba o retrocedan en el tiempo a la época del nazismo en Alemania y verán que tengo razón).

Ni Lenia ni su equipo han leído la Constitución. ¿Entenderla? ¡Esas ya son palabras mayores! Lenia Batres lo que busca es que López Obrador no tenga que dar explicación de muchas de sus fechorías y que sea ella quien sirva de parapeto al régimen obradorista. Eso es corrupción y debiera ser castigada por ello. La ‘dictadura de la toga’ a la que hace alusión Ricardo Monreal reside en el monstruo horrible de lo que dice y hace Lenia Batres.

Giro de la Perinola

Claudia Sheinbaum ya avisó. Aclaró que, de ganar, controlará la Cámara de Diputados, al Senado y al Poder Judicial. Que cambiará la Constitución; hará un constituyente… Que anulará la democracia y los derechos humanos.

La oferta que presenta al público es un monstruo aún más espeluznante.