La derecha ¿salvaje o se hace?

La “fifiriza” que antes gobernaba México a través de sus principales partidos políticos: PAN y PRI, ahora busca la manera de granjearse la simpatía del electorado, para recuperar la presidencia de la República, manejando una imagen trucutrú.

Su rasgo distintintivo es el salvajismo. Sus simpatizantes y bots se caracterizan por violentos, cuando discuten en las redes sociales, tiro por viaje aluden al escatológico apodo del kks (ni siquiera escriben “cacas”, para dejar bien en claro que son salvajes hasta para escribir), y sus “intelectuales” no son precisamente finos ni diplomáticos, desde Francisco Martín Moreno, que pedía quemar vivos a los izquierdistas en el Zócalo, hasta Héctor Aguilar Camín, quien recientemente, y cual vulgar “malacopa”, le llamó públicamente “pendejo y prepotente” al presidente.

Su devoción por el salvajismo, les ha llevado a postular candidatos que se caracterizan por trogloditas, destacando Margarita Zavala, una cavernícola de expresar una sola idea coherente, con mítines vacíos, falsificadora de firmas, quien se bajara de las elecciones presidenciales pasadas por su evidente ausencia de discurso.

Bueno, pues a esa bruta la ensalzan los derechosos, tan solo porque ganó (de manera inexplicable) una diputación en la Ciudad de México. Dicen en las redes sociales: “Margarita es la única que podría aniquilar a la 4T”, sin mencionar una sola cualidad, ya no digamos como política, sino como persona.

La exagerada bestialidad de la derecha, me hace pensar que a la mejor sí son salvajes, pero no tanto; exageran. Esas personas tienen “varo” para contratar asesores extranjeros, quienes les han de decir: “Véanse muy violentos, la gente pobre admira y teme al hombre blanco, al conquistador que se impone con la espada; su acomplejado inconsciente colectivo les dará votos, creyendo que al mostrar su animalidad conseguirán más préstamos del extranjero y combatirán al crimen organizado”.

Bueno, pues si eso les aconsejan sus asesores, yo les doy un consejo casi gratis (solo les pido que me disparen un “desayuno ejecutivo” en el restaurante donde acostumbran ir): hagan candidata a una Bárbara más bárbara que la “Margarinflas”.

¡Que nadie te quite tu sonrisa!

Bárbara de Regil se hizo famosa por:

1. protagonizar al personaje de “Rosario Tijeras” en una serie, y

2. como “influencer fitness” de redes sociales (donde ha inspirado múltiples memes, sobre todo por aquella escena donde hace ejercicio como alucinada, diciendo a cámara, mientras señala su rostro: “¡Que nadie te quite tu sonrisa!”).

Pues bien, Bárbara, auto-asumiéndose como nutrióloga, tuvo la puntada de anunciar y vender una proteína marca suya: Loving It, especial para personas que hacen ejercicio y quieren bajar de peso: “proteína en polvo adicionado de aminoácidos, vitaminas y minerales; elaborada a partir de ingredientes vegetales”.

Aries Terrón, licenciado en nutriología, con especialidad en nutriología deportiva (y que también es ingeniero), mandó a analizar la dichosa proteína mediante un laboratorio de la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), y descubrió que era un “producto milagro”, con más carbohidratos y sodio de los anunciados, y con menos proteína que la que presume (la pomada Marigüanol, que venden en el metro, tiene más marihuana que Loving It proteína).

Lo grave es que, además de engañar al consumidor, su producto puede provocar problemas de salud a quienes padecen daño renal, hipertensión, y trastornos cardiovasculares.

La falacia del producto motivó que Instagram suspendiera su cuenta, por lo que Bárbara amenazó y hostigó al nutriólogo, logrando que otros influencers, especialistas en salud, apoyaran a Aries Terrón (quien tiene 300 mil seguidores en YouTube y cien mil en Instagram), destacando la defensa del médico internista Octavio Arroyo (del que recomiendo su cuenta de YouTube: “Mr. Doctor”, pues además de verás, es muy divertido; también recomiendo sus “Historias de terror hospitalario” por YouTube, donde se disfraza de zombie).

Bárbara de Regil es una combinación de Donald Trump con varios expresidentes mexicanos, por lo que sería la candidata ideal de Sí por México, Frena, los abajofirmantes de manifiestos mafufos y todas las coaliciones derechosas contra la 4T. Éstas son sus cualidades:

Es una asesina potencial.

Peor que Calderón y Salinas, además de su proteína chafa, promovió el uso de Air Shield, una “tarjeta sanitizante con dióxido de cloro” que, según ella, curaba y prevenía el coronavirus-19, lanzando a la población al contagio.

Es racista.

Valor que admiran “whitexicans” y “fifís”, pues cuando usó un filtro de bronceado en Instagram, al verse, expresó: “¡Ay qué prieta, que feo!”

Miente sin compasión.

Incluso miente con evidencias en su contra, como cuando dijo: “Les voy a enseñar a hacer unas galletas sin carbohidratos: vamos a necesitar dos plátanos” (hasta yo sé que el plátano es la fruta con más carbohidratos).

Amenaza.

Cuando Aries Terrón la delató, le advirtió, al mejor estilo trucutrú: “¡Pronto sabrás de mí!”, pero cuando vio que el nutriólogo tenía apoyo, le cambió: “Pronto sabrás de mí… cuando veas que mi producto se vende porque sí funciona”.

Es supersticiosa.

Con creencias más absurdas de las de cualquier beata del bajío, pues cree que “comer fruta después de la cinco de la tarde engorda”. ¡Casto Señor San Vicente!

Está negada para la cultura y las artes.

En una entrevista, aseguró que en TV Azteca estudió 28 días para ser actriz (antes de eso, solo terminó la secundaria).

No sabe hacer cuentas.

Superando a Peña Nieto, ya que regaña a quien se toma “25 vodkas” (ni Calderón, en sus mejores épocas).

Es arribista.

Sacó su edición de proteína LGBT, con los colores del arcoíris, justo en junio (mes del Orgullo Gay); si no la paran, en septiembre tendríamos su proteína tricolor.

Viola la ley.

En plena veda electoral, hizo promoción del Partido Verde (como otros “influencers”, que cobraron 15 mil pesos), asegurando que apoyaba “su propuesta de refugios para mujeres y niños pobres violentados” (debería apoyar refugios para charlatanes que expulsan de las redes sociales).

Tiene influencias pesadas.

Consiguió la dirección de Aries Terrón, para enviarle “un oficio” donde se le pedía dar de baja sus redes sociales. A la mejor logra juntar dinero de la mafia rusa para financiar su campaña presidencial.