Rosalía Lombardo murió sin cumplir dos años a causa de una neumonía el 6 de diciembre de 1920 en Sicilia, Italia. Hoy, su momia es conocida como la “más hermosa del mundo”.
Sin embargo, un terrorífico detalle sobresale ante la belleza de la momia, y es que testigos aseguran que Rosalía Lombardo aún abre y cierra los ojos.
El parpadeo ha horrorizado a los desafortunados, pues el excelente trabajo del embalsamador mantuvo intacta a la niña, lo que hace creer que sigue viva o ha sido embrujada.
La triste historia de la momia de Rosalía Lombardo, la más hermosa del mundo
Mario Lombardo, el padre de Rosalía Lombardo, quedó deshecho por la muerte de su pequeña hija, así que decidió embalsamarla para no dejar de ver su rostro. La momia es hoy la “más hermosa del mundo”.
Ubicada en los túneles de las catacumbas de los Capuchinos de Palermo, la momia de Rosalía Lombardo es una leyenda pues hay quien afirma que sus ojos parpadean.
Muchos años después de su muerte, el féretro de la niña se mantuvo visible ante las constantes vistas de su familia, no obstante, ahora ya no es posible
Mario y su esposa María tuvieron a otro hijo dos años después de la muerte de Rosalía Lombardo y, finalmente, también tuvieron a una niña un año más tarde. A esta la nombraron igual que a la fallecida.
El misterio de la momia de Rosalía Lombardo
Alfredo Salafia es el nombre del embalsamador que se encargó de convertir el cuerpo de Rosalía Lombardo en la “momia más hermosa del mundo”.
Para lograrlo, eliminó las bacterias y otros componentes del interior del cadáver, drenó la sangre del cuerpo y después usó una inyección arterial de fluidos popular entre los egipcios, junto con la mezcla de aceites y especias.
Entre los ingredientes para evitar la descomposición de la momia de Rosalía Lombardo, están:
- Ácido salicílico para matar los hongos
- Sales de zinc para que el exterior permaneciera rígido
- Alcohol para secar y formalina contra las bacterias
- Glicerina para evitar la sequedad excesiva
Todo ello logro que los órganos permanezcan intactos, según unos estudios realizados con rayos X. Además, se cree que el parpadeo se logra por un efecto de luz ambiental.
Y es que los ojos de la momia de Rosalía Lombardo parecen abrirse durante un período de doce horas, de acuerdo con una cámara instalada en la zona.