Ya no sé si reír o llorar tras leer la noticia de que Altán Redes es “rescatada” por el Gobierno de México. Vamos al principio de la historia, porque necesito del contexto para explicar la frase anterior.
En el mes de julio del año pasado, el director de Altán Redes, Salvador Álvarez, manifestó estar interesado en el proyecto de crear una nueva aerolínea con el personal de Mexicana de Aviación, esto es, con los trabajadores que conformaron una cooperativa de la mano del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES).
Lamentablemente, desde la creación de las “cooperativas” -porque a la postre quedaron tres-, estas se vieron envueltas entre cierta opacidad y la clara intervención de dos de los tres sindicatos que tenían contratación colectiva con Mexicana de Aviación; organizaciones gremiales que no dudaron en meter mano y colocar gente incondicional en los puestos clave, tanto administrativos y de dirección; todo eso aunado a que personas que no trabajaron para la compañía aérea se apuntaron como cooperativistas.
Dejando atrás todo el desaseo en la conformación de las cooperativas, trascendió que se estaba elaborando todo un proyecto para “revivir” a Mexicana de Aviación, en el que estaría involucrada Altán Redes. Sin embargo, el 28 de julio de 2021 el periódico El Financiero reportó: “Álvarez representa a un grupo de inversionistas interesados en invertir en esta nueva aerolínea. Su participación es parte de un proyecto de interés personal, y no tiene relación alguna con Altán Redes”, respondió el empresario a través de su oficina de comunicación.
Resulta muy interesante, porque justo en esos momentos en los que se hacía esa declaración de gran calado, Altán Redes iba rumbo a un Concurso Mercantil; las preguntas naturales fueron ¿es confiable un director cuya empresa se encamina al abismo de la bancarrota?, ¿de dónde sacaría los 155 millones de dólares para inyectarle a la nueva aerolínea?, ¿quiénes son sus “socios” ?, ¿y por qué no dan la cara?
Desde que el gobierno de Felipe Calderón bajó de vuelo a Mexicana de Aviación, solicitamos que, si resultaba muy complicado ejecutar la requisa, se otorgara un préstamo a los trabajadores para seguir operando la aerolínea, en aras de que el país no perdiera conectividad. Desafortunadamente fuimos ignorados, y hubo ciudades que quedaron incomunicados vía aérea durante meses.
Durante años nuestras peticiones fueron desatendidas, ni en el gobierno de Calderón, ni en el Peña Nieto. A la llegada de AMLO a la presidencia, hubo acercamientos de distintos grupos de trabajadores, quienes siempre han puesto en la mesa la posibilidad de que el gobierno “rescate a la aerolínea bandera”, la más antigua del país, de Latinoamérica y la cuarta más antigua del mundo.
¿Por qué el gobierno de AMLO rescata a Altán Redes, pero no a Mexicana de Aviación?
Reviso, y encuentro que todos los argumentos que hoy expone el gobierno de la 4T para explicar (¿justificar?) el rescate de Altán Redes, aplican sin ningún problema para el caso de Mexicana de Aviación. El gobierno federal no tiene empacho en reconocer que gracias a la injerencia de su Administración, han logrado sacar de las garras de la bancarrota a la empresa que dirige Salvador Álvarez, que por cierto fue contratada por el gobierno de Peña Nieto para llevar el internet a todos los rincones del país. “Estaba en quiebra, les entregaron créditos de Nacional Financiera, en el sexenio pasado; tomamos la decisión de aportar un recurso, y ya esa empresa que va a permitirnos que haya internet en todos los pueblos, ya es de la nación, ya el Estado es socio mayoritario” dijo el titular del Ejecutivo en la conferencia mañanera del viernes 10 de junio.
Me pregunto ¿de qué privilegios goza una compañía que no cumplió en el plazo por la cual fue contratada? No una, sino tres instituciones públicas (Banobras, Bancomext y Nafin) otorgaron un crédito a Altán Redes por 17 mil 750 millones del erario, a pagar en un plazo de 13 años. Crédito para una empresa que ganó la licitación el 25 de enero del 2017, y de la que unos meses después (21 de marzo de 2018) la revista Expansión dijo:
“La primera etapa de la nueva red de telecomunicaciones dará cobertura 4.5G a 36.1 millones de personas repartidas en 28 “pueblos mágicos”, informó Altán durante el encendido digital de la red desde su centro de operaciones en la Ciudad de México…Para 2020 deberá tener una cobertura de 50% de la población y 50% de los pueblos mágicos, y en 2024, Altán Redes deberá cumplir con el 92.2% de cobertura que ofreció al ganar la licitación.”
Evidentemente no cumplió, y para agosto del 2021 ante el Juzgado Séptimo en Materia Civil ya había sido admitido a trámite la solicitud para iniciar un Concurso Mercantil. Y de acuerdo al Diario Oficial de la Federación el Concurso Mercantil 163/2021-VIII, promovido por Altán Redes, Sociedad Anónima Promotora de Inversión de Capital Variable, se declara formalmente con fecha 12 de noviembre del 2021.
¿Qué opina Usted, amable lector? Yo sostengo qué tan importante es la red compartida, como la aviación, en términos de vías de comunicación. Así como ahora se considera este rescate, para dotar a los usuarios de un servicio, sin duda importante como el Internet, la aviación nacional no es un tema menor. Para el resurgimiento de Mexicana, antes de que se pusiera en la mesa el tema de la cooperativa, se requería una inversión de 300 millones de dólares, para arrancar.
Por supuesto, el tema de los pasivos les preocupa a muchos, y en el caso de Mexicana eran aproximadamente mil millones de dólares; pero Altán Redes no canta mal las rancheras, enfrenta pasivos con poco más cien acreedores por 29,811 millones 819,312.18 pesos, es decir unos 1,521.50 millones de dólares, al tipo de cambio actual.
Si lo ponemos en una balanza, el pasivo de Mexicana es menor; no soy ingenua, sé muy buen que existen muchos otros factores, pero como damnificada del fraude cometido con la empresa a la que le dediqué ___ años de mi vida laboral, tengo que decirlo fuerte y claro: no entiendo las razones por las cuales el gobierno actual rescata a Altán Redes, y no rescata a Mexicana de Aviación. Insisto y no cejaré en hacer este señalamiento a la administración de Andrés Manuel López Obrador. Y no solo esto como tema pendiente, lo mismo pedí en su momento para Interjet, en todos los espacios informativos disponibles, incluso antes de que, por órdenes de los nuevos dueños de la compañía aérea, pararan operaciones.
Nadie le quiere entrar al tema Mexicana de Aviación
Estoy consciente de que el tema de Mexicana de Aviación es muy complejo y está enredado a tal punto, que nadie le quiere entrar al toro por los cuernos. Pero Interjet es una empresa relativamente nueva, que usufructuaba los slots de AeroCalifornia y de Mexicana de Aviación; los problemas de Interjet eran la falta de pagos al Servicio de Administración Tributaria (SAT), a Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), y a los propios trabajadores, ¿por qué no rescatarla? ¿saben cuántos pasajeros se quedaron con boletos de aerolínea sin usar y que al día de hoy no ha sido resarcidos?
Existen miles de quejas ente la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) de usuarios defraudados, ¿acaso ellos no merecen un respaldo por parte del gobierno actual?
Sé que las palabras “Rescate financiero” nos causa urticaria, a la gran mayoría de los contribuyentes cautivos, porque las tenemos asociadas con “impunidad” o “negocio de unos cuantos” a costa del erario. Pero el efecto está siendo el mismo, aunque se le llame “Crédito”; en lo hechos, los principios de equidad, capacidad contributiva e igualdad, que deben normar a las contribuciones no están siendo claros. Dicho coloquialmente: “o todos coludos, o todos rabones”.
Y que quede claro, no estoy en ningún momento pidiendo un rescate a los empresarios, esos que paguen lo que deben; estoy solicitándolo para los trabajadores, esos que han puesto alma y corazón, para ellos con los que hoy existe una deuda histórica, para la clase trabajadora de la aviación.