El aumento al salario mínimo tuvo un gran impacto en la economía laboral de las empresas y los sindicatos en el actual sexenio, pero en muchos de los casos no se hizo una planeación por la incertidumbre de la variación en el porcentaje de aumento anual.
Por esto resulta muy importante los dos aspectos que ha mencionado la presidenta electa Claudia Sheinbaum, en temas de salario: elevar a rango constitucional el aumento al salario mínimo arriba de la inflación y que la meta al final de sexenio sea un incremento equivalente a dos canastas y media básicas.
¿Cuál es la proyección que tendremos del aumento de salario para alcanzar estos objetivos?
Actualmente el salario mínimo se encuentra en $7,467.90 pesos mensuales, por su parte, el monto de 2.5 canastas básicas en 2024 sería de $11,287.50 mensual, esa es la brecha que deberá recuperar el salario mínimo en un sexenio.
La canasta básica aumentó 31% en el sexenio de López Obrador, comenzó en 2018 con el monto de $3,427 y terminó en 2024 en $4,515.
Si aplicamos ese mismo promedio de aumento porcentual al costo de la canasta básica en el próximo sexenio, terminaría en 2030 en $5,896.5, lo que nos fijaría una meta de 2.5 canastas en $14,741.25. Entonces, para crecer el actual salario mínimo de $7,467.90 a $14,741.25 en seis años sería necesario que aumentará un promedio de 14% anual.
Con este dato ya se puede hacer la planeación de muchos aspectos importantes para la producción, la empresas y los sindicatos.
Lo más probable es que los aumentos contractuales se sitúen en el orden de 6% al 9%, como lo hicieron en este sexenio con ese promedio de aumento de 15% al salario mínimo. Conocer esto servirá para prever las revisiones contractuales, sobre todo si son multi anuales, también para analizar cómo se comportará la nómina y prestaciones ligadas al salario mínimo en este periodo, en especial, para conocer las categorías del tabulador que serán alcanzadas con ese aumento, es decir, el número de trabajadores formales que al final de sexenio terminarán ganando el salario mínimo.
Es muy acertado que la presidenta electa deje claro la política salarial de su administración, para poder hacer proyecciones y ubicar a las empresas en la nueva realidad económica salarial, donde se busca romper el techo de la pobreza alimentaria entre los asalariados.
X: @riclandero | Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM