Como es bien sabido, hace apenas unos días Xóchitl Gálvez viajó a Madrid como parte de su gira internacional para reunir apoyos en torno a su carrera presidencial.

El viaje causó escozor entre muchos detractores. Personajes asaz impresentables como el diputado Gerardo Fernández Noroña acusó a la candidata de haber viajado para “vender la patria” como si se tratase de una voluntad de la panista de emular a los conservadores que se entrevistaron con Maximiliano en el siglo XIX. Ocurrencias.

En Madrid, Gálvez se reunió con Felipe Calderón. La fotografía suscitó, desde luego, acaloradas opiniones sobre el hecho. ¿Ha sido un error de Xóchitl? Tal vez.

Existe una tendencia de los políticos de reunirse con ex presidentes surgidos de las filas de su partido, quizá derivado de la necesidad de sumar apoyos, o simplemente con miras a consolidar la unidad. Sin embargo, una fotografía con Calderón no suma a la campaña presidencial.

El lector seguramente recordará que un prominente ex funcionario de la administración de Calderón, llamado Genaro García Luna, se encuentra hoy en una prisión federal en Nueva York. Acusado de haber estado involucrado con el narcotráfico, hoy representa uno de los mas dramáticos casos de corrupción política de los tiempos recientes.

Según se especula, Calderón, en su deseo de no ser presentado frente a la justicia estadounidense como cómplice en el caso García Luna, habría decido residir permanentemente en España.

En todo caso, la realidad es que Felipe Calderón, con todos sus claroscuros con sus simpatizantes y detractores, no es hoy día un político popular. Derivado de ello, así como del rompimiento con la pareja Calderón-Zavala, Ricardo Anaya decidió en 2018 omitir cualquier referencia al ex presidente, y aún menos, salir fotografiado al lado del ex jefe del Estado.

Lo mismo sucedió con José Antonio Meade. Sabedor de que el presidente Peña Nieto tenía en su contra numerosas acusaciones de corrupción, y que sus niveles de popularidad estaban a ras de suelo, decidió omitir durante su campaña referencias al presidente en funciones.

En suma, si bien el viaje de Xóchitl a Madrid era necesario en términos de visibilidad política, tal vez la fotografía con Calderón resultó innecesaria. No ha hecho más que ofrecer argumentos en bandeja de plata a los morenistas para que salgan a denunciar la “complicidad” de Xóchitl con la mafia del poder. ¿Cuando aprenderán a distanciarse de los impopulares políticos del pasado?