Disrupción

A tres semanas de las votaciones, en Michoacán se han desahogado ya los dos debates organizados por la autoridad electoral; en el último de ellos, el candidato de Morena, Alfredo Ramírez Bedolla, pagó caro la factura de haberse subido tarde a la contienda. Recordemos que entró, un mes después, en sustitución del ex líder de la CNTE, Raúl Morón, quien quedó fuera por violar las reglas del juego.

A Bedolla se le vio nervioso, errático y no supo, no quiso o no pudo deslindarse de las acusaciones que le hicieron los otros contendientes, de que él es el candidato del ex gobernador Leonel Godoy.

Godoy, principal operador político de Morena en la entidad, heredó en el periodo 2008-2011 a Michoacán un estado aterrorizado y convulsionado por la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, grupos criminales caracterizados por la violencia sádica ejercida sobre quienes se negaban o no podían pagar derecho de piso.

Eran tiempos en que el crimen organizado había contaminado todo a su paso, incluidas estructuras de gobierno.

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Los michoacanos aún recuerdan el diálogo que quedó registrado en un audio y que presuntamente ocurrió el 12 de junio de 2009, donde Julio César Godoy Rangel, hermano de Leonel, y Servando Gómez, “La Tuta” y líder de los templarios, dejaron ver el pacto que tenían para garantizar el triunfo electoral y, con ello, la impunidad del grupo delincuencial.

Aquí un fragmento:

La Tuta: Compa’ primeramente le deseo gane, con todo mi apoyo usted va a ganar.

Godoy: Ok

La Tuta: Muy discretamente por cómo está la situación, por abajo, toda la gente pa’ uste’, todo mundo pa’ uste’.

Godoy: Está bien compa

La Tuta: Y sin amenazar a ningún culero de los otros partidos. (inteligible)

Godoy: Ajá

La Tuta: Uste’ gana compa’ primeramente Dios, usted va a ser. No hay vuelta.

Ese y otros pactos con criminales sentenciaron a los michoacanos a vivir la época más obscura, plagada de masacres, desapariciones, violaciones y la ley del plomo, que se tenga registro.

Con razón el candidato de Morena no supo, no quiso o no pudo decir nada en el segundo debate para desvincularse de Godoy, a quien la oposición le endosa haber impuesto a Bedolla.

Nadie quiere ver de nuevo a Michoacán en esa dinámica de miedo, sangre y terror. Lo sabe Bedolla, pero no hizo nada para sacudirse del pasado.