Obertura
El pasado 20 de marzo asistí al teatro al aire libre Ángela Peralta, en Polanco, a la interpretación de la cantata Carmina Burana, de Carl Orff (1895-1982), a cargo de la Filarmónica de las Artes (FA). Primer evento público al que fui tras dos largos años de retiro por la dramática pandemia del Covid-19. Dos cosas llamaron de inmediato mi atención. Una, la gran afluencia de público, prácticamente lleno el espacio para 2500 personas. Dos, que esta orquesta es un organismo autosustentable, no es pública ni recibe subvención privada estable, subsiste básicamente por la venta de boletos. Si bien la obra de Orff es muy gustada, no deja de sorprender la asistencia masiva de gente que paga su boleto tras la pandemia. Esto es inusual en México donde muchos eventos de las instituciones culturales públicas están “normalmente” vacíos, aunque se regalen boletos; un problema que no ha sido resuelto en mucho tiempo. Sin duda, hace falta promoción y estrategias para acercar al público a los eventos que causan un costo al erario y pierden su función de extensión del arte y la cultura a la sociedad, al pueblo.
Con esta presentación de marzo y una previa de fusión de canciones comerciales y aun populares con música clásica, “Fiebre de Disco Sinfónico” (70′s y 80′s del S. XX), iniciaba la Filarmónica de las Artes, dirigida por Abraham Vélez, la celebración en 2022 de su XV aniversario de existencia. El concierto del 20 de marzo incluyó la obertura a la ópera Candide, de Leonard Bernstein, y la Carmina interpretada por el coro de la propia FA y, como solistas, Katya Reyes, soprano, Josué Hernández, tenor, y Vladimir Rueda, barítono.
Fue un éxito manifiesto el de esa noche que se ha reiterado en cada una de las funciones posteriores de la orquesta; desde entonces quise escribir esta nota.
Aquí, Leonard Bernstein explica e interpreta la obertura a su opereta o musical “o como quieran llamarle”, dice el propio compositor, Candide:
Celebrar con Beethoven
La pandemia arruinó en gran medida la celebración mundial, en 2020, del 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven (1770-1827); hubo urgencia de cancelar un sinfín de conciertos y representaciones. Acaso por ello este 2022 -en que a pesar de la prevalencia del Covid la afectación es infinitamente menor gracias al proceso de vacunación-, Beethoven está de vuelta al público para resarcir un poco el daño causado a su aniversario. En México, varias agrupaciones musicales están programando sus obras.
Y en el contexto de su celebración, el punto álgido y reto mayor de la FA será ejecutar las nueve sinfonías del compositor alemán en una misma semana, dos por día y la Novena sola al final. Un desafío para cualquier orquesta del mundo, pues lo más normal es que se programe una de ellas junto con otras piezas por programa en una periodicidad semanal; lo que significarían 9 semanas. En este caso serán sólo cinco días, del 20 al 24 de julio. La Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yolitztli será el espacio del desafío: El 20, sinfonías 1 y 5; el 21, las 2 y 6; el 22, 3 y 8; el 23, 4 y 7. El gran cierre será con la Novena Sinfonía coral el 24.
Un antecedente no muy lejano de esta hazaña poco usual se dio cuando la Orquesta Barroca de Friburgo se presentó en el Palacio de Bellas Artes e interpretó en cinco días –pero intercalando descanso los días 3 y 6; así se convirtieron en siete-, del 5 al 11 de octubre de 2016, el total de las sinfonías en cuestión; la característica de esta orquesta, sin embargo, es que utiliza instrumentos “originales”.
La orquesta
La Filarmónica de las Artes fue fundada en 2007, de acuerdo a su página oficial de Facebook, “por jóvenes músicos egresados de las más prestigiadas instituciones de formación musical de la Ciudad de México”; se agrega que es el “único proyecto en México que se gestiona de manera autónoma, haciéndola totalmente una orquesta autosuficiente”. Condición autónoma que desafortunadamente resulta complejo replicar en todo el país; se requiere determinación y voluntad.
Acaso la Orquesta del Nuevo Mundo, fundada en 1987 por Johannes Bruno Ullrich, pero ya extinta, sea un antecedente importante como modelo de orquesta autónoma y autosustentable en México. Otra orquesta que no tiene base estable sino que se integra cada verano por músicos profesionales, es la Sinfónica de Minería, fundada en 1978 por Jorge Velazco, pero recibe apoyo de un amplio patronato. Así, es muy meritorio el trabajo que durante quince años ha desempeñado la Filarmónica de las Artes.
Aquí, una Memorabilia de la FA de 2018 a 2020:
Sin duda, una de las bases del éxito y la perdurabilidad es su repertorio de tendencia popular. Es decir, de obras que están ya presentes en el gusto del público, que son parte integral del repertorio del oído y el ánimo social. Obras como Carmina Burana de Orff, Novena Sinfonía de Beethoven, Requiem de Mozart o El Cascanueces, de Chaikovski. También, la presentación de programas que fusionan la sonoridad de la música clásica con la canción popular y comercial; algo que se ha hecho con mucho éxito en el pasado con la música de Los Beatles. O música de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, y en general la canción mexicana.
Tuve oportunidad de conversar con el director de la Filarmónica, Abraham Nava, y el productor artístico de la misma, Diego Careaga, que son el impulso y el ánimo de la orquesta. Una plática espontánea en que se mostraron muy contentos tanto por lo que se ha hecho como por los eventos celebratorios de su aniversario. Un par de amigos que coincidieron estudiando en la Escuela Superior de Música, en Coyoacán, durante la primera década de este siglo. Cada quien tomó su derrotero pero se reencontraron en 2012. Empezarían a trabajar poco después para potenciar a la orquesta al grado de cerrar con enorme éxito en 2019; naturalmente, como a todos, la pandemia afectó el proyecto. Por ello es que están de vuelta en 2022 con tanto ímpetu.
Aparte de remarcar el carácter autosustentable, Abraham y Diego destacan varios aspectos como el de su amplio repertorio que va de lo clásico “puro” a lo popular y aun comercial; que no discriminan ningún tipo de música, de allí que fusionen la orquesta con cumbia, rock, salsa, pop, mexicano, etcétera; que no se autoimponen límites para abordar también danza, ballet y ópera (por cierto, todos los artistas son pagados por la orquesta y asimismo el grupo técnico que colabora en la materialización de los eventos); que también han desarrollado al coro y el ballet de la Filarmónica; que aspiran a realizar estrenos tanto de danza como de óperas comisionadas por la FA; que aspiran no sólo a Mozart, Verdi o Puccini, ¡incluso a Wagner o Mahler! Bueno, todo es posible. Lo importante es desarrollar la capacidad en todos los sentidos en una voluntad de hacer y construir; en un ánimo de ser.
Además de los elementos creativos y técnicos, es evidente que existe en la FA una fórmula exitosa para la difusión, promoción y venta. Y tanto Abraham como Diego se involucran en todos estos aspectos.
Se percibe una camaradería también inusual, lo que contribuye a la estabilidad y el éxito del proyecto en que participan, entre otros, Jessica Elizondo, directora ejecutiva; David Dohi Márquez, productor; Omar Olvera, director de escena; Emmanuel Vázquez Miguel, arreglista residente; Eduardo Magallanes, arreglista honorario; William Harvey, concertino honorario; Vladimir Rueda, gerente del Coro de las Artes; Isaac Bañuelos, asesor vocal; Juan Pablo Ruíz, dirección vocal; Morelia Villarino, Violeta Vallejo y Noemí Corcuera, directoras de las compañías de Danza Clásica y Contemporánea de las Artes; Carlos Pacheco, gerente; Sandra Narváez, relaciones públicas.
La charla telefónica con Diego y Abraham fue agradable, espontánea, franca, entusiasta; se percibe de inmediato la voluntad de hacer y construir y ese ánimo de ser de que he hablado. Enhorabuena por el XV aniversario de la Filarmónica de las Artes.
La Novena y nos vamos
Cuando hablo de Beethoven y sobre todo de su Novena Sinfonía, recuerdo siempre estas palabras, “Y allí en medio de todo y sobre todo, el canto coral grandioso de la última sinfonía con que Beethoven, viejo, solo, enfermo y desilusionado, se despidiera de la humanidad; con un impulso, con un deseo casi trocado en canto desesperado disfrazado de dicha: la posibilidad, pese a toda desventura, de volver a creer en ella”.
Aquí, Leonard Bernstein dirige el cuarto movimiento de la sinfonía postrera de Beethoven con la Filarmónica de Viena, el Coro de la Ópera Estatal de Viena y Gwyneth Jones, Hanna Schwarz, Rene Kollo y Kurt Moll como solistas; 1979:
Héctor Palacio en Twitter: @NietzscheAristo