Los políticos mexicanos hablan de las cadenas de suministro, en sus discursos y boletines, como si fuera un concepto retórico. La pregunta difícil es: ¿puede México realmente ayudar a que las cadenas de suministro regresen a América del Norte? Y la respuesta nos la da Jeffrey J. Schott, con datos duros, en su blog.

Jeffrey J. Schott, , del Instituto Peterson de Economía Internacional, es uno de los mejores investigadores en políticas comerciales internacionales y sanciones económicas. Fue funcionario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en el área de comercio internacional y política energética. Durante la Ronda de Tokio de negociaciones comerciales multilaterales, fue miembro de la delegación de Estados Unidos que negoció el código de subsidios del GATT. Fue asesor del Departamento de Estado y del Representante Comercial de Estados Unidos.

Schott tiene todas las credenciales para decirnos algo muy serio:

1. El comercio y la inversión internacionales se han visto afectados durante los últimos tres años por los aranceles de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los controles a la exportación de alta tecnología y otras sanciones económicas dirigidas a China.

2. La pandemia de Covid-19 ha perturbado aún más la producción y ha creado cuellos de botella en el transporte de mercancías dentro y entre países. Las empresas internacionales han tenido que recalibrar sus cadenas de suministro para hacerlas más resistentes.

3. Las empresas que necesitan diversificarse, desde China, debido al aumento de los costos chinos y las crecientes restricciones comerciales y de inversión, ahora están considerando si deben reorganizar la producción en Asia, para complementar las operaciones chinas, o trasladar la inversión fuera de Asia para acortar las cadenas de suministro al servicio de la industria del mercado estadounidense.

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4. México parecería una opción natural para la inversión “nearshoring”, estrechamente vinculada al mercado estadounidense. Pero, hasta ahora, México no ha atraído nuevas inversiones sustanciales que puedan suplantar la producción asiática al servicio del mercado estadounidense. El TMEC ha agregado preocupaciones sobre la inversión en el sector automotriz mexicano y otros sectores manufactureros.

5. México enfrenta una competencia significativa por inversiones en cadenas de suministro. En comparación con otras ubicaciones líderes de “nearshoring” en Asia y América del Norte, las políticas mexicanas tienden a desalentar las nuevas inversiones en los sectores manufactureros.

6. Otra desventaja proviene de las fallas del TMEC que perjudican a México y favorecen nuevas inversiones en la producción estadounidense de automóviles, camiones y repuestos.

7. México no puede depender de sus socios norteamericanos para financiar su desarrollo y promover su esfuerzo por convertirse en un centro “nearshoring” para las cadenas de suministro que migran desde el este de Asia.

8. Para atraer más inversiones, los funcionarios mexicanos deben reformular las políticas económicas internas y volver a comprometerse con la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, para hacer que México sea más atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros.

Jeffrey J. Schott hace un ejercicio, en su blog, en donde compara las fortalezas y debilidades de México con sus competidores clave. El desarrollo económico de México depende del comercio y la inversión extranjera directa (IED). Schott muestra la clasificación global de México bajo tres índices separados compilados por el Instituto Fraser en Canadá, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y Transparencia Internacional (TI) que evalúan los factores críticos que influyen en las decisiones de ubicación para la inversión privada. Son indicadores que cubren el desempeño de México sobre sus regulaciones comerciales, infraestructura, vínculos comerciales internacionales, sistema legal y corrupción.

En comparación con sus socios del TMEC, o sus competidores clave en el sureste de Asia, que son los mercados con los que México compite por inversiones de empresas que están reestructurando sus cadenas de suministro de Asia y el Pacífico, a México no le va muy bien en el ejercicio que hace Schott.

La verdad es que nuestros vecinos del norte sí están haciendo la tarea para promover el “reshoring” a Estados Unidos. La legislación estadounidense actual tiene programas diseñados para fomentar nuevas inversiones en plantas de producción con sede en Estados Unidos a través de subsidios y regulaciones de adquisiciones del “Buy American”. Ellos sí refuerzan la Orden Ejecutiva 14017 sobre “Cadenas de suministro de Estados Unidos” emitida por el presidente Biden el 24 de febrero de 2021.

De acuerdo con el análisis de Jeffrey J. Schott , para las empresas que diversifican parte de su producción o se abastecen del mercado chino, el sudeste asiático ofrece una mejor alternativa de inversión y más cercana. Malasia, Vietnam y Tailandia obtienen una puntuación más alta que México en los indicadores de Innovación Global. También lo hacen Taiwán y Malasia en el Índice de Libertad Económica del Mundo. La calificación de México en regulaciones comerciales e infraestructura levanta banderas amarillas para los posibles inversionistas. México tiene débiles puntajes en protecciones legales y pésima calificación de TI sobre corrupción.

México necesita superar a sus socios del TMEC y a los competidores del sudeste asiático si quiere beneficiarse de las nuevas inversiones en manufactura que se trasladan desde Asia.

Jeffrey J. Schott es duro: “Incluso con una ventaja en el costo laboral en comparación con sus socios del TMEC, los costos adicionales de producción y distribución asociados con las regulaciones comerciales mexicanas intrusivas, los suministros de energía inadecuados e irregulares y las redes de carreteras y ferrocarriles obstruidas bien podrían erosionar los beneficios para quienes están considerando nuevas inversiones en México. De hecho, estos costos ya parecen ser un lastre para las decisiones de trasladar inversiones a México”.

Aquí están otros elementos del análisis de Schott:

1. Las entradas anuales de IED en la industria manufacturera mexicana no han crecido mucho, promediando alrededor de 15 mil 800 millones de dólares en 2018-2019 y un poco menos en términos anualizados en la primera mitad de 2021.

2. Las manufacturas representan el 47 por ciento del total de la IED. La mayor parte de la IED en el sector manufacturero se encuentra en equipos de transporte (automóviles, camiones, repuestos), gran parte de la cual proviene de América del Norte y Europa.

3. La mayoría de las entradas de IED a México desde 2018 se han producido en los sectores de servicios financieros y de seguros.

4. El sector de maquinaria y equipo está registrando entradas de IED iguales a los niveles de 2018, y la IED en computadoras ha bajado más de la mitad.

5. Hay serias preocupaciones de la industria automotriz sobre el futuro de la producción con sede en México.

6. Si continúan las tendencias de IED para 2021, las preocupaciones sobre el aumento de casos de Covid-19 y las restricciones sobre el acceso futuro al mercado estadounidense como resultado de las regulaciones estadounidenses de contenido de automóviles y camiones del TMEC podrían frenar la inversión en este sector.

7. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no cumplió su promesa y la mayoría de los estados del sur de México se beneficiaron muy poco del aumento del comercio y la inversión regionales.

8. Las industrias mexicanas intensivas en mano de obra que servían al mercado estadounidense se trasladaron a Asia en la primera década del TLCAN, ya que las estrictas políticas monetarias de México impulsaron un peso sobrevaluado y socavaron su competitividad frente a China y otros países.

9. El TMEC cambió la visión de profundizar las redes de producción intrarregionales. Por razones políticas, Trump intentó reubicar las cadenas de suministro en instalaciones con sede en Estados Unidos.

10. La disputa sobre las reglas de contenido de automóviles y una serie de nuevas disputas sobre temas laborales, ambientales, energéticos y agrícolas han reabierto preguntas sobre la durabilidad de la luna de miel del TMEC.

11. El TMEC no parece haber otorgado a México ventajas sustanciales para la inversión en manufactura “nearshoring” de Asia.

En suma, de acuerdo con el análisis de Jeffrey J. Schott , el principal obstáculo para el éxito de México, a la hora de atraer nuevas inversiones, es interno. Los funcionarios mexicanos deberían analizar más de cerca cómo se comparan sus políticas con las de sus principales competidores.

Javier Treviño I Twitter: @javier_trevino