Hoy en día el tema en boga es si este o aquel han tenido o tienen conexión con el narco. No lo dudo. Y de eso se habla hoy por hoy todos los días. El tema es moda.
Que si el expresidente de México tuvo nexos con narcotraficantes, que si el actual, que sí García Luna , que si Mario Delgado…
Pareciera que ese es el tema central de todo y nada más. Literalmente ver quien sale “quemado” o tocado por este tema parece que es el objetivo principal. Pero hasta ahí llega. Nadie habla del fondo, sólo de la forma.
Y el fondo es cruel y desgarrador: Los adictos en México están creciendo de una manera aterradora. Y estamos hablando de niños que desde los 12 o 13 años están siendo atrapados por las drogas.
Lo digo y lo sé porque por mi trabajo que se encuentra dentro del área de salud mental, nos capacitan acerca de las adicciones y sus funestas consecuencias y las cifras son alarmantes.
Me puse a pensar con mucho dolor e impotencia cómo estas personas con muchísimo poder han podido ir contribuyendo a que cada vez más mexicanos queden atrapados en las drogas de donde muy poquitos salen.
Para empezar, todas estas narcoseries tan famosas se han colocado en el gusto de los jóvenes porque hacen una apología de las drogas: Si tienes drogas, si las vendes o las consumes, si te juntas con quienes la distribuyen, entonces serás famoso, exitoso con las mujeres y millonario. Y las mujeres podrían hacerse las cirugías que quisieran, vivir con lujos y viajar.
¿Qué más un joven o una joven podría querer y aspirar en la vida?
Pero más allá de esto llega la terrorífica adicción. Adicciones a cada vez más sustancias, ahora las bebidas energizantes (Monster, Red Bull) tienen componentes adictivos y los jóvenes pueden adquirir estas bebidas libremente a cualquier edad en cualquier tienda.
Volverse adicto a estas sustancias abre la puerta para que encuentren otras más.
Y ni hablar de los “vapes” o cigarrillos electrónicos que aunque apenas se estableció su prohibición sabemos que en México nada está prohibido (“prohibido prohibir”), pero que sin duda cientos de jóvenes se han vuelto adictos a ellos pensando que lo que fuman o el vapor que exhalan es algo “orgánico y natural”, cuando está demostrado que el vape contiene cientos de sustancias más dañinas que el tabaco tradicional y son accesibles y fáciles de conseguir.
Vemos ya a niños y jóvenes atrapados en el fentanilo, sustancia potencialmente adictiva que los distribuidores de la marihuana ya insertan en ella para que se conviertan más rápido en adictos.
Por supuesto que hablamos de las drogas que son caras para su consumo.
Pero están esta otra pandemia, la de los retos, ahora para ver quien aguanta más ingerir clonazepam que es una sustancia ansiolítica que genera sueño, y así ver quien se duerme al final.
Si el joven descubre placer en este reto y encuentra que algo lo adormece por supuesto se engancharán con esto.
¿Quién les abastece de este medicamento a lo jóvenes? Estos medicamentos ya se encuentran en el mercado negro, incluso en tianguis, por 100 pesos tienen acceso a él.
Todos estos temas son los que ha perdido de vista este gobierno, las adicciones son ya un problema gravísimo de salud mental.
Y como todos sabemos, el tema de la salud mental no es relevante para este gobierno. El presidente no ha brindando recursos ni apoyos suficientes para atender la problemática de la salud mental en las personas.
Y es que habiendo trastornos mentales habrán problemas con las adicciones. Las adicciones son solo el punto del iceberg. En el fondo de él hay tristeza, soledad, abandono, depresión, ansiedad.
Entonces aquí ¿quiénes son los malos? ¿Los que a diario menciona el presidente en Palacio Nacional?
¿El propio presidente saludando amorosamente a la madre del más poderoso narcotraficante del mundo?
Me parece que todos somos responsables. Aquí no hay dos, tres, 20 culpables... Es la sociedad entera... Es el presidente; él también es padre de un adolescente. ¿Se encontrará tan preocupado como yo por el tema?
¿Qué piensas cuando saludas a la madre de un narcotraficante que ha matado a cientos de personas?
¿Qué nos toca hacer?: Hablar. Hablar de las adicciones y sus consecuencias. Hablar de las familias rotas, hablar con las familias rotas, con la persona adicta. Con la sociedad.
Ese es mi trabajo pero puede ser el tuyo también.
Podemos hacer la diferencia y dejar de responsabilizar a unos cuantos y hacernos cargo.
En lo que el presidente sigue dando nombres para distraerse de lo fundamental.
Es cuáato.