IRREVERENTE

Les platico: a raíz de mis publicaciones sobre el uso indebido de instalaciones y ornamentos, con los que un rapero de poca monta ofendió a la masonería, se desató una serie de acciones en Monterrey de las que quiero dar cuenta. ¡Arre!

1.-

Con evidencias de “alta resolución” documenté la forma en que el cantante de corridos alterados o tumbados -cualesquiera que tal cosa sea- Natanael Cano Monge, grabó un video promocional usando instalaciones, collares, mandiles y otros objetos de uso exclusivo de los masones de alto rango.

El 21 de marzo de este año, el Gran Maestro Ismael Garza Buentello estaba en Panamá atendiendo asuntos de la masonería internacional y fue la fecha en que “alguienes” de la Gran Logia de NL permitieron la entrada al rapero y a su equipo de producción, quienes usaron a su gusto y antojo las instalaciones y ornamentos reservados para los masones.

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2.-

El 22 de marzo la Gran Logia de NL emitió un comunicado oficial  deslindándose de los citados hechos, “ya que no se solicitó ni otorgó permiso alguno, ni contrato para la realización de cualquier producción audiovisual o artística dentro de las instalaciones de nuestro edificio social”.

“…turnando el asunto a la Fiscalía y a la H. Comisión de Honor y Justicia de la Gran Logia de NL, para que deslinde responsabilidades y en caso de que existiese algún tipo de responsabilidad civil o penal, se ejercitaran las acciones judiciales pertinentes”.

3.-

La Comisión de Honor y Justicia de la Gran Logia ordenó la expulsión definitiva de la masonería universal de Raúl Alejandro Ramírez Andrade, “por posible delito tipificado en el Artículo 236 fracción I del reglamento de la Gran Logia de Nuevo León”.

También la suspensión de sus derechos masónicos en tanto se dicte veredicto, al Oficial Mayor, Erick Daniel López Montalvo, y a Angel Víctor Naredo García, Segundo Gran Orador.

Tales medidas se encuentran en los decretos 48/23, 49/23 y 50/23, que a la letra dicen en algunos de sus puntos resolutivos:

Fracción I.- El perjurio y la traición contra la fraternidad, la institución y sus secretos.

Fracción VII.- La difamación y la calumnia contra la honra de un hermano o de su familia.

Fracción XV.- La formación de partidos o grupos que puedan traer perturbaciones y discordias al seno de la Gran Logia.

4.-

Debido a mis publicaciones sobre este caso, fui objeto de ataques y agravios por parte del “administrador” y algunos miembros de la comunidad masónica, que forman parte de un chat en Monterrey.

Me refiero a Beto Frías y a Víctor González, quienes azuzaron a otros miembros de ese grupo a injuriar al medio que represento, por hacer público lo que numerosos masones inconformes hicieron de mi conocimiento.

He destacado en mis artículos la apología que al menos uno de ellos hace en su aparición en eventos políticos, de su “calidad” como miembro de la Gran Logia de NL, al mostrar ostensiblemente los símbolos masones en poses de reto a quienes no comparten sus gustos y preferencias políticas.

Esto, por sí solo, se contrapone al carácter de discreción e incluso de misterio, que forma parte de los postulados masones en todo el mundo.

Entonces…

· El hecho que publiqué SÍ ocurrió, aunque el elenco de reparto o extras del mentado chat se desgañiten en negarlo.

· Tan es así que ya hubo sanciones internas… más las que vienen por dentro y fuera de la Gran Logia de NL.

· Tan es así que los hechos referidos son tema en las organizaciones masonas dentro y fuera de México y causaron gran malestar y preocupación entre dichas comunidades.

· Es de reconocerse la labor del Gran Maestro Ismael Garza Buentello, al admitir que fueron violados los protocolos de los masones.

· También merece reconocimiento su intención de aplicar una limpia en dicha organización.

· Al respecto, hay miembros de su comunidad que deshonran en su actuar los postulados de la masonería universal, pues por un lado pregonan el amor y la bonhomía y por el otro siembran cizaña contra quienes no compartimos sus tendencias políticas.

Chat referido/Plácido Garza

CAJÓN DEL SASTRE DE PANAMA.

“Y sobre el último punto, el solo hecho de mezclar a la masonería con sus preferencias políticas, debería ser revisado en cada uno de los aquí señalados. Digo, no vaya a ser que andan mezclando a las paridas con las preñadas. ¡Es cuanto!”, remata la irreverente de mi Gaby.echo que publiqué SÍ ocurrió.