Les platico:

Para no andar con interpretaciones ni alucinaciones, concerté una entrevista con Gustavo Adolfo Hirales Morán, uno de los fundadores de la “Liga Comunista 23 de Septiembre”, autora del intento de secuestro donde murió el industrial regiomontano hace 50 años.

¡Arre!

P: ¿Cuándo se formó la Liga Comunista 23 de Septiembre?

R: Marzo de 1973.

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P: Lo de don Eugenio Garza Sada ¿fue un crimen de Estado?

R: Claro que no. De ninguna manera.

¿Cuál sería el motivo del Estado para cometer ese crimen?

No se trataba de matar al industrial sino de secuestrarlo para pedir a cambio la liberación de integrantes de la guerrilla que estaban presos; la publicación de un manifiesto en los diarios nacionales y el pago de cierta cantidad de dinero.

Lo de crimen de Estado fue invento de un falso periodismo de investigación que se puso a atar cabos donde no había ni uno suelto.

No fue un crimen de Estado porque esa organización -de la cual yo formaba parte- estaba en una lucha contra el gobierno y queríamos demostrar la complicidad que había entre el Estado y los ricos del País.

Para nosotros el Estado y la burguesía eran un ente de dos cabezas.

Lo de crimen de Estado lo inventó el periodista Jorge Fernández Menéndez.

En agosto de 1973, un mes y medio antes del intento de secuestro de Garza Sada, nos reunimos en Mazatlán varios dirigentes de la Liga, estaban ahí los principales dirigentes, Ignacio Salas Obregón, Manuel Gámez y un servidor.

Se habló ahí de la preparación de un secuestro muy fuerte (el de don Eugenio).

Yo ya estaba preso cuando ocurrió el intento de secuestro de don Eugenio.

Cuando me detuvieron y me torturaron, nadie de la policía me preguntó a quién planeábamos secuestrar.

Nadie del gobierno se dio cuenta de los planes de la Liga.

¿Fueron jóvenes valientes?

P: Pedro Salmerón -el frustrado embajador de México en Panamá- y Gerardo Fernández Noroña calificaron como jóvenes valientes a los integrantes del comando de la Liga que asesinó a don Eugenio. ¿Qué opinas?

R: Yo era parte de esos jóvenes. No voy a renegar de mi pasado. Bueno, cuando el atentado yo ya estaba en la cárcel.

No estoy de acuerdo en que se haga apología sobre las acciones de la guerrilla. Estando preso, en 1975, yo inicié la rectificación de la Liga para alejarla de la lucha armada.

Pero tampoco estoy de acuerdo en que se satanice el hecho.

Hoy tenemos un gobierno que se dice de izquierda, pero antes de 1968, Díaz Ordaz les dijo a los dirigentes del Partido Comunista Mexicano: ¿Saben cuándo les voy a dar el registro para que participen en elecciones? Nunca. Porque los gringos no quieren.

El mundo vivía en esos años una euforia por la ideologización, por las luchas armadas, por las revoluciones en Cuba, los tupamaros y otros países.

En ese contexto ocurrieron los hechos de los que nos ocupamos aquí.

Hoy es muy fácil criticar por qué nos atrevimos a hacer lo que hicimos, pero hace falta ubicar los hechos en ese contexto.

Izquierdas y derechas

P: Se habla hoy de izquierdas y derechas. ¿Son vigentes esos conceptos en esta época?

R: Sí. Existe la tendencia de inclinarse por los valores de la libertad y otros por la justicia.

Yo, como fundador de la Liga, hoy me inclino por la justicia, respetando las libertades democráticas y los derechos humanos.

(Izquierda: libertad. Derecha: justicia). P: Cuáles son las diferencias entre comunismo, socialismo, marxismo/leninismo?

R: El comunismo nunca se concretó.

Es un membrete que hablaba del objetivo, pero no el de mañana, sino de largo plazo. El comunismo significaba que iban a desaparecer las clases sociales y que incluso iba a desaparecer el Estado.

La quimera de que nos íbamos a querer unos a otros. Ese ideal se marchitó.

Lo que queda de ese ideal -en Cuba en Nicaragua- son caricaturas espantosas donde la gente no solo no tiene libertad sino que también carece de lo elemental para una vida digna.

El socialismo sí tuvo realizaciones exitosas, pero no el socialismo marxista leninista, sino el socialdemócrata como el de los países nórdicos.

Populismo de López Obrador

Dentro de ese rango ideológico ha surgido un fenómeno nuevo por su extensión:

El populismo, que no es capitalista, ni socialista ni de izquierda ni de derecha.

Pueden tener matices, pero ellos viven la devoción y la entrega al líder.

En esos escenarios prevalece el arbitrio del líder que las cosas van a ser así y así porque tengo la mayoría y me llamo Trump, Boris Johnson, Daniel Ortega o me llamo --incluso- López Obrador, que es un populista de izquierda.

Yo no diría que todo su discurso es demagógico. ¿Cuál es el sentido de su estilo? Recuperar los orígenes, volver a los mitos del pasado, recrear un estado fuerte aunque no necesariamente sea el mismo del tiempo del priísimo.

¿En qué se nota esto? En que ha abolido leyes que abrían el espacio a la inversión extranjera en energía.

Ha intentado reconcentrar en el Estado el petróleo, la energía eléctrica. En eso se parece al estatismo del pasado.

¿Qué tiene qué ver en esto el Tren Maya? Eso se le ocurrió a él, aunque nunca tenga ganancias. Que se sostenga con nuestros impuestos.

Lo mismo sucedió con en AIFA. Desbarató un aeropuerto que ya estaba a punto de realizarse y armó otro, para entregárselo al Ejército. Ocurrencias del líder venerado.

Eso es lo que tiene el populismo: mucho de lo que se hace tiene un impulso de grandeza, pero al momento en que se aplican, no sirven, y son recursos desperdiciados.

El populismo quiere beneficiar al pueblo, pero sus acciones son tan arbitrarias y equivocadas que terminan por afectar a ese mismo pueblo.

P: ¿Dónde ves mayor inclinación en México hacia el socialismo?

R: No la veo en la sociedad. Lo veo en lo político. Lo veo dentro de Morena. Es más, veo en ese partido una inclinación hacia el comunismo.

López Obrador no quiere llevar a México al socialismo. Quiere acercarse a los líderes socialistas extranjeros.

Si pretende hacerlo a través de los libros de texto, pero lo hace de manera tan muy vergozante.

Luis Echeverría en funerales de Eugenio Garza Sada en Monterrey, en 1973. Foto: Archivo del ITESM

Salvador Allende

P: Cuál es tu impresión de Salvador Allende?

R: Quiso llevar al socialismo por la vía pacífica pero se enfrentó a fuerzas que lo sobrepasaron. Cometió el error de confiar en las fuerzas armadas.

Xóchitl y Claudia

P: Xóchitl Gálvez es trotskysta como dijo que lo fue algún día?

R: No le veo nada de trotskysta. Pudo haberlo sido en sus juventudes. En el mejor de los casos creo que es de centro-izquierda y no va a atentar para nada contra la propiedad privada.

P: Qué tendencia ideológica identificas en Sheinbaum?

R: López-obradorismo.

Cajón de sastre:

“La historia, contada por quienes la vivieron, desnuda conjeturas y revela realidades”, detona la irreverente de mi Gaby.