Mientras Xóchitl sigue enfrentando la cruda realidad por no poder demostrar ese nivel de competencia presidencial que se necesita para transitar en este proceso electoral, la cosa sigue pintando muy bien para la causa de Morena. De hecho, Sheinbaum, en la convención de banqueros, demostró una vez más que está lista y preparada para tomar las riendas del país. En Guerrero, por ejemplo, dejó una clara muestra del conocimiento de cada uno de los puntos importantes que, evidentemente, domina a la perfección. De paso, sabemos, visitó Acapulco con una multitud impresionante que se dio cita para mostrarle su cariño.

Imposible, está comprobado, que Xóchitl Gálvez tenga esa capacidad de fuerza o de convocatoria. De hecho, se nota que ha subido el tono de las agresiones contra el presidente López Obrador. Esto significa que, en la mitad de la contienda, el Frente Amplio por México corrigió la estrategia. Sin embargo lo hizo, queda claro, de la peor manera posible. La guerra sucia dejó de ser un mecanismo que puede influir en una elección. Afortunadamente, la sociedad, a través de los canales de comunicación, tiene acceso a la información para tener una perspectiva más objetiva de lo que acontece. O sea que, pese a lo que hemos visto de agresividad de la derecha, nada será suficiente para detener la oleada de apoyo que sigue manifestándose a favor de la causa lopezobradorista.

Este fin de semana, por ejemplo, vimos multitudes que se concentraron en Chiapas. Lo dijimos hace un par de días: el sur del país es, en términos políticos, uno de los bastiones más significativos para la izquierda. Por un lado, vemos el poder de convocatoria que ha sido el principal motor que alimenta cada acto público y, por el otro, un candidato a la gubernatura en pleno apogeo como Eduardo Ramírez. De acuerdo con las encuestas, la coalición Seguimos Haciendo Historia —en promedio— tiene una intención del voto de más del 60% entre los chiapanecos que, desde este momento, han decidido darle el voto de confianza al “Jaguar”.

Claro, el desencanto y lo disminuida que está la fuerza del Frente Amplio por México, abonará en el resultado. Sin embargo, las tendencias que promedia Morena son, ni más ni menos, el fruto de las políticas públicas que ha implementado el presidente. Desde luego, en una contienda electoral —esto significa un factor positivo— sobre todo por la trascendencia del proyecto de nación. He ahí las diferencias de una coalición y otra. Inclusive, las propias imágenes que pudimos atestiguar son explícitamente contundentes en cuanto al apoyo de todos los sectores sociales que siguen firmes en su posición de apoyar a la izquierda.

Acompañada de Ricardo Monreal y Eduardo Ramírez, Claudia Sheinbaum, este fin de semana, se robó los corazones y el cariño de la gente del sur del país. En pocas palabras, afianzó ese respaldo que estamos presenciando en todas las encuestas de opinión que día con día circulan en la prensa. Desde luego, eso se coronará el próximo 2 de junio a lo largo y ancho de todo el país.

El recorrido que hizo Sheinbaum por Chiapas, con esa muchedumbre que se dio cita, nos da una idea de la magnitud de respaldo que recibirá el lopezobradorismo. Inclusive, eso me recuerda a lo que sucedió hace prácticamente seis años, cuando el pueblo de México, ante el anhelo del cambio y la alternancia, salió en grandes cantidades a tomar decisiones que, a la postre, han tenido repercusiones positivas para el desarrollo del territorio nacional. Es cuestión de semanas para poder atestiguar otro hecho histórico con la llegada de Claudia a Palacio Nacional, especialmente de la mano de un equipo de primera que, en definitiva, marca la diferencia. El más claro ejemplo es Ricardo Monreal. El zacatecano, además de la coordinación de enlace territorial, lleva a cabo reuniones con todos los sectores sociales para seguir encauzando la unidad. Lo hace, incluso, recorriendo comunidades, como el caso de Chiapas.

Por eso, el próximo dos de junio, después de las ocho de la noche, el conteo rápido y las encuestas de salida confirmarán lo que, desde este momento, hemos venido augurando en los espacios de opinión. De la misma forma, se irán confirmando los triunfos inminentes en Veracruz, Tabasco, Ciudad de México, Morelos, Puebla, Jalisco, Yucatán y Guanajuato. Este último, por cierto, ha ido despegando significativamente a favor de Morena. De hecho, se nota el buen trabajo que ha hecho Néstor Núñez en la coordinación de la segunda circunscripción.

Junto a ello, queda claro, seremos testigos de una victoria contundente en Chiapas. La gira de Claudia Sheinbaum, y el fenómeno que representa Eduardo Ramírez, son como una mezcla infalible que, conjugada, tendrá resultados muy abultados en el sur del país. Y así como salió una multitud para cobijar a los candidatos de Morena, así será el apoyo irrestricto en las urnas. Se ha expresado el pueblo chiapaneco quienes tienen una simpatía muy especial por el presidente López Obrador. Siendo un bastión de la izquierda, podemos ir decretando el triunfo.

A propósito, fue una gira muy productiva, la de Claudia Sheinbaum por el sur del país. Visitó Guerrero, Tabasco y Chiapas. De hecho, son tres estados gobernados por Morena y, no cabe duda, tres frentes para asegurar una cantidad importante de votos que Sheinbaum, desde hace meses, ha conquistado como heredera del bastón de mando. Inclusive, lo hizo con el apoyo de Ricardo Monreal, que— desde las arengas de Motozintla— ha dicho, entre muchas cosas más, que esta es una campaña de tierra, y municipio por municipio, para escuchar las propuestas. Esa es la esencia de la izquierda.