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La ampliación del Tren Suburbano hasta el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles será el principal medio de transporte hacia la terminal aérea que se inaugura el próximo mes de marzo, pero su construcción no tiene bien definido cuál será el esquema financiero que se usará para el proyecto de conectividad y quienes estarán a cargo de la concesión y operación.
La obra ferroviaria ya tiene una ruta definitiva y cuenta ya con la autorización de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para su edificación.
El Tren Suburbano tiene una ruta que está compuesta por 27 kilómetros de largo, con siete estaciones que conectan al Estado de México (Edomex) con la capital del país (Buenavista-Cuautitlán). Lechería es una de las estaciones finales del recorrido, por lo que esa será la parada con la que iniciará la nueva ruta. Se planea que en su expansión vaya al Aeropuerto de Santa Lucía, agregando 24 kilómetros, los cuales comprenderán las estaciones de Cueyamil, Los Agaves, Nextlalpan y Xaltocan, así como la estación de la terminal aérea.
La inversión para el proyecto ferroviario es de 12 mil 479 millones de pesos, pero existen muchas dudas de cómo será el esquema financiero de está importante obra de conectividad al nuevo Aeropuerto de Santa Lucia.
Los recursos para la construcción del proyecto de conectividad al AIFA, provendrían en un 80% de recursos públicos y un 20% de inversión privada, pero hasta el momento no se sabe qué instituciones serían y en qué porcentaje estarían financiando la obra.
En la actualidad el tren que va de Buenavista a Cuautitlán es operado por una concesión de Ferrocarriles Suburbanos, una compañía integrada por la empresa española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), Omnitren y por el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).
Hay que anotar que el corporativo Omnitren es una firma propiedad del empresario mexicano Roberto Alcántara, el cual tiene también un punto de venta de boletos de su línea aérea VivaAerobus en la estación Buenavista del Tren Suburbano, y su empresa aérea es una de las que ya se apuntó para tener operaciones en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ejercerá un presupuesto de 11,450 millones de pesos este año para la construcción del plan de conectividad, la finalización de las obras y poner en marcha el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en Santa Lucía, Estado de México; pero no se ha notificado cuánto de este presupuesto se utilizará para la ampliación del Tren Suburbano.
El Tren Suburbano de la estación Buenavista a Cuautitlán es una obra que estuvo plagada de acusaciones de corrupción desde sus inicios en el 2005.
La influencia del entonces Rey de España Juan Carlos de Borbón para promover la inversión de su país en México quedó de manifiesto cuando se licitó el Tren Suburbano Cuautitlán – Buenavista, en agosto del 2005; la obra en cuestión había quedado desierta, porque ninguno de los participantes cumplían con los requerimientos técnicos que demandaba la obra, pero una llamada del Rey Juan Carlos al presidente de México, Vicente Fox, bastó para que a la empresa española CAF se le adjudicara el contrato por 700 millones de dólares, esto lo denunció en su momento el periodista Jacobo Zabludovsky. La concesión fue otorgada a Ferrocarriles Suburbanos.
En 2006, el Fondo de Inversión en Infraestructura (Finfra), que fue el antecesor del Fonadin, otorgó al proyecto ferroviario una Subvención para infraestructura y Garantía de Crédito para equipamiento y sistemas.
La operación del ferrocarril que comunica a la Ciudad de México con la parte oriente del Estado de México inició en 2008 y el proyecto, a pesar de que da un servicio eficiente, está rodeado de dudas en su viabilidad financiera. Esto porque se calcularon aforos de pasajeros muy superiores a los que existen en la realidad, dado el alto costo del pasaje que inhibe a muchas personas a transportarse por esa vía.
La empresa española CAF, a través de su subsidiaria y concesionaria Ferrocarriles Suburbanos, realizó en 2018 una reestructura financiera de sus pasivos y una modificación de las condiciones de adjudicación del servicio de ferrocarril suburbano de Ciudad de México.
La operación implicó la cesión de préstamos sénior y subordinados por 6 mil 500 millones de pesos, con un sindicato de bancos (liderado por Santander), además de la obtención de un préstamo sindicado por 130 millones de dólares, con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) como prestamista principal.
La operación también incluyó una modificación y actualización del acuerdo de fideicomiso. Según este, se recibe el flujo de efectivo de la concesión para asignar los ingresos y costos de manera más eficiente y para asegurar el repago de los compromisos financieros contraídos por la concesionaria.
La baja demanda de usuarios e ingresos en el Tren Suburbano durante el 2020 por la pandemia del Covid-19 obligó a su operador, Ferrocarriles Suburbanos, a solicitar a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) la ampliación de su título de concesión de 50 a 68 años como parte de la reestructura económica y financiera en que se encuentra actualmente, lo cual se aceptó en 2021.
Con esto, Ferrocarriles Suburbanos acumuló su tercera ampliación en la vigencia de la concesión que se le otorgó en agosto del 2005 por 30 años, para la prestación del servicio público de transporte ferroviario de pasajeros en la modalidad de regular suburbano en la ruta Cuautitlán-Buenavista: en el 2011 se agregaron 15 años, en el 2018 sumaron cinco años y ahora 18.
Otra de las dudas que tiene el proyecto de la ampliación del Tren Suburbano para conectar el nuevo aeropuerto de Santa Lucía es quién tendrá la concesión y la operación de las nuevas estaciones.
El Gobierno de la Cuarta Transformación tendrá que tener mucho cuidado en el manejo financiero del proyecto ferroviario y fijar las condiciones de quienes serán los concesionarios y operadores del proyecto y no dejar un desbarajuste como lo hizo la administración del expresidente Vicente Fox.