Las mil y una noches que pasé
Contigo,
La luna nos unió, y ni tú
Ni yo
Supimos volar
Las mil y una noches que pasé
Contigo,
La luna nos separó, y ni tú
Ni yo
Supimos llorar
Flans
Las Noches son el Tiempo, el que no duerme.
Sigue leyendo mientras muere el día
Y Shahrazad te contará tu historia.
Jorge Luis Borges
Señor@s gobernantes:
La eterna tentación de manipular la historia con fines políticos solo transmite desesperación. Hablar del pasado —y cambiarlo a gusto de la autoridad— sucede cuando no hay nada que presumir en el presente.
Así, mientras la pandemia vuelve a elevar el número de contagios y la población implora por respuestas, la autoridad en la Ciudad de México se inventa un evento para anunciar que cambiará el nombre del ‘árbol de la noche triste’.
Licencias literarias
Se llevó a cabo una ceremonia, encabezada por la jefa de gobierno de la Ciudad de México y la presidenta del Consejo de Memoria Histórica y Cultural de México, para modificar el nombre de lo referido anteriormente a Plaza de la Noche Victoriosa. Profundo desdén por la historia para desviar la atención de la ciudadanía hacia un tema que sucedió hace 500 años.
Tal vez el cambio de la historia se debe a que la presidenta del Consejo es doctora en literatura, pero no en historia. La primera disciplina permite licencias literarias, lo cual no debería significar el trastocar y modificar la historia de lo que pasó en nuestro país.
Cambiar los nombres no sirve
Ejemplos históricos hay muchos. San Petersburgo se modificó a Leningrado como loa a Lenin, para años más tarde regresar a su nombre original. Lo mismo sucedió con el calendario de la Francia revolucionaria; tarde que temprano regresó al calendario gregoriano conocido por todos.
La 4T no tiene nada sustantivo que cacarear, donde solo se dedica a crear molinos de viento y con ello, infundir un sentido de miedo y temor en torno a ellos. La propuesta de “descolonizar” es abyecta, pues México NUNCA fue colonia de España. Fue virreinato, el más importante del nuevo mundo. El virreinato de la Nueva España.
Los aliados mesoamericanos
También es cierto que Herman Cortés no resultó victorioso solo, se alió con todos los pueblos que estaban hasta el copete de los aztecas. Pueblo —ese sí— sanguinario; uno que no creía en los “abrazos no balazos”. Quienes exigían cada año a los pueblos mesoamericanos sojuzgados víctimas propicias para sacrificar a sus dioses. Eso, entre muchas otras cosas.
Los aztecas tampoco buscaban pretextos en el pasado... Tan solo se organizaron para tener un gobierno que lograra mantener una ciudad con perfectas vías de comunicación, una limpieza absoluta y caminos sin violencia.
No había un “Mexico” como hoy lo conocemos, y con la llegada de los españoles, todos los pueblos subyugados por los aztecas se unieron al europeo recién desembarcado para librarse del yugo de los descendientes de Aztlán.
México
Por ende, los mexicanos somos una mezcla de un encontronazo ocurrido entre los españoles y los pueblos originarios.
Nieto de español es López Obrador, nieta de lituanos y búlgaros, de ascendencia judía, es Claudia Scheinbaum. Mientras que Beatriz Gutiérrez es descendiente de madre chilena con ascendencia alemana y padre descendente de españoles. ¿Eso los hace más o menos mexicanos? Más bien ejemplos de ese crisol de historias que es México.
Mezcla de culturas, libertades, sueños y amarguras. Una tierra que prometió ser libre de odios tan solo para serle negada la unión por quienes hoy debieran gobernar. Porque, aceptémoslo, lo que se dice gobernar, no saben.
Manipular la historia
Tan solo ofrecer una versión deformada, la cual ha imperado ya por años y a la que ellos están contribuyendo a pasos agigantados. La visión de un pueblo mexicano sometido por los españoles. Nada de eso. Nada más falso.
Culpar a quienes vivieron hace 500 años busca esconder su falta de trabajo. Culpar a los muertos y tergiversar los hechos.
Cambiar la fecha de la fundación de México Tenochtitlán o inventar que México se fundó hace más de 10,000 años son solo algunas de las cortinas de humo históricas utilizadas por la 4T.
Odio e ignorancia
Este evento y las modificaciones históricas son impulsadas por este régimen porque son lo único que pueden capitalizar. Porque no hay NADA real ni sustantivo que puedan compartir.
Nunca se había tenido tanto odio azuzado en México producto de la autoridad.
Tal vez esa es una de nuestras maldiciones: ser ignorantes. Creer a rajatabla todo lo que diga el gobernante en turno.
Y el colmo de la hipocresía de los gobernantes que hoy pretenden estas charadas es que ellos son más españoles o extranjeros que el resto de nosotros. Pero la gente no lo verá, ni lo entenderá jamás. Porque a menos que ese odio ancestral se avive, a los mexicanos no nos interesa que los apellidos no sean originarios.
Aztlán, ahí vamos
No servirá tampoco cambiar el nombre de la avenida Puente de Alvarado-Tacubaya a México-Tenochtitlán, o el retiro de monumentos como la estatua de Colón que se podía admirar en la avenida Reforma. Todo lo hecho, es una puesta en escena de la historia manipulada y carente de precisión histórica.
Desarrollar el parque urbano Aztlán en lo que hoy se conoce como Chapultepec es ir contra la misma historia. Máxime cuando Chapultepec significa cerro de chapulines y donde los tlatoanis aztecas primero tuvieron sus palacios, después sus baños y por último el lugar donde iban a morir.
La propuesta cuatroteísta muestra un nulo respeto por todo aquello que dicen defender. Para colmo, el parque lo hará un empresario, al cual parte de los créditos le serán otorgados por medio de la banca gubernamental.
La noche más triste
Es una lástima que quienes prometieron unión y ser diferentes, solo utilicen y modifiquen el pasado para su conveniencia, para parlotear de cosas que poco importan, cuando se tiene encima la tercera ola de covid-19.
El árbol de la noche triste no será victorioso solo por decirlo. Como tampoco cualquier gobierno pasará de la tristeza a la victoria solo por decreto presidencial o utilizando “otros datos”.
No vaya a suceder que por manipular la historia, México pase de ser victorioso y honorable a soportar una larga noche triste gestada por la Cuarta Transformación.