El 15 de junio pasado leí un tuit de Elon Musk, que respondía a otro tuit de @TheTexanNews: “Voté por Mayra Flores, la primera vez que voto por los Republicanos. Ola roja masiva en 2022″. Me llamó la atención. Luego el martes 21 de junio vi en uno de los canales de la televisión de Estados Unidos las imágenes de muchos Republicanos de la Cámara de Representantes que aplaudían con entusiasmo. La representante Republicana Mayra Flores de Texas se convirtió en la primera mujer nacida en México en prestar juramento como integrante del Congreso.

Flores fue elegida, el 14 de junio pasado, para ocupar el puesto del representante Demócrata Filemón Vela, quien renunció a su cargo en marzo para sumarse a un despacho de abogados. Mayra Flores ganó las elecciones especiales en el Distrito Congresional 34 de Texas, que tradicionalmente había sido un bastión Demócrata. La Republicana obtuvo el 51 por ciento de los votos, el Demócrata Dan Sánchez fue su competidor más cercano, con un 43 por ciento.

Igual que Elon Musk, la congresista electa Mayra Flores le envió un mensaje a Joe Biden: “¡El tsunami ROJO está aquí!”

Republicana, nacida en México, Flores fue electa en un distrito que cubre parte del Valle del Río Grande, una región que ha sido Demócrata durante los últimos 150 años, uno de los distritos más latinos del país, y donde los Demócratas habían ganado por cómodos márgenes siempre. Sin embargo, la configuración del distrito cambiará para las próximas elecciones en noviembre de 2022. Ella ocuparía este escaño hasta enero. En las elecciones de noviembre, Mayra Flores se enfrentará al actual representante Demócrata Vicente González de McAllen.

Mayra Flores es una inmigrante de 36 años y terapeuta de cuidados respiratorios que trabaja con ancianos. Emigró de Tamaulipas cuando tenía seis años. Está casada con un agente de la Patrulla Fronteriza. En sus propias palabras, ella es “Pro-Vida, Pro-Segunda Enmienda y Pro-Cumplimiento de la Ley”. Es difícil imaginar una cara más perfecta para el futuro del partido Republicano: una trabajadora mexicoamericana que le dice a los ciudadanos que todo lo que los Demócratas piensan y dicen sobre la gente del sur de Texas está fuera de lugar y es incorrecto. Sus puntos de vista sobre la religión, el aborto y la seguridad fronteriza están más en línea con lo que sostiene el Partido Republicano.

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Flores es parte de un movimiento más grande de latinas Republicanas del sur de Texas.

¿Esto augura un cambio de los votantes hispanos? ¿Realmente estamos viendo un terremoto político en el sur de Texas? ¿Podemos presagiar un cambio importante en el panorama político estadounidense? Los políticos del partido Demócrata dicen que este resultado electoral no es, para nada, un indicador de una tendencia.

La verdadera pregunta, entonces, es: ¿Por qué el partido Republicano puso tanto esfuerzo en asegurar la victoria de Flores? Porque, para ellos, es bueno que los Republicanos demuestren que pueden ganar escaños en distritos como éste, con un 85 por ciento de población latina. Su campaña fue una brillante estrategia de marketing de los Republicanos. Les ayuda a recaudar más fondos, movilizar a la opinión pública. La nueva narrativa es que el voto latino está cambiando rápidamente.

Según una encuesta de enero de Gallup, el 52 por ciento de los latinos se identifican como independientes, lo que representa un 10 por ciento más que la proporción de independientes entre la población estadounidense en general.

El mensaje de Flores se centró principalmente en las dificultades económicas, la familia y las oportunidades. En un volante titulado “Mayra Flores restaurará el sueño americano”, promete detener el gasto descontrolado para terminar con la inflación, asegurar la frontera y ampliar --no limitar-- el acceso a la atención médica. También prometió volver a encarrilar la economía, detener la inflación y mantener más dinero en el bolsillo. Su mensaje es claro: “Nosotros” se refiere a las familias de clase trabajadora en apuros que crecieron con valores socialmente conservadores. “Ellos” son todos los demás.

Eso es justamente lo que los votantes de ese distrito querían oír: una voz que les hablara sobre las dificultades económicas y al mismo tiempo invocara un tipo de política de identidad que les permitiera sentirse parte de una comunidad. Es un mensaje ganador con los votantes hispanos.

El partido Demócrata fracasó. Perdió una elección en donde era esperado que ganara. El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (Republicano de California), dijo que los Demócratas creían que tenían a estos votantes: “Siempre creyeron que tenían derecho a su voto de la misma manera que creyeron durante años que tenían derecho al voto blanco de la clase trabajadora, pero cuando dejas de hablarles a los votantes sobre las cosas que les importan, temas de la mesa de la cocina como la inflación, el crimen, el costo de la gasolina o los servicios públicos y la seguridad de la frontera: los pierden”.

La familia fue uno de los mensajes más poderosos de Flores. Apeló a un valor desgastado por mucho tiempo en el sur de Texas. Hablaba regularmente sobre ser la esposa de un agente de la Patrulla Fronteriza y mostraba a otros miembros de su familia, incluso un comercial de televisión lo dedicó exclusivamente a su padre. Después de jurar como Congresista, el martes pasado Flores tuiteó: “Mi primer día en el cargo y seguro que es memorable. De esto están hechos los sueños: fe, familia y trabajo duro”.

Es cierto que la estadía de Flores en el Capitolio podría ser breve: se presentará a las elecciones para un mandato completo en noviembre contra el representante demócrata Vicente González, quien se mudará del distrito 15 del Congreso al distrito 34 rediseñado. Una geografía que es considerablemente más amigable para los Demócratas.

Sin embargo, algo está pasando en el sur de Texas. Mientras que Obama ganó aquí por un 22%, hace sólo 10 años, Biden lo ganó por sólo un 4%. Aunque dicen los analistas que Biden habría ganado la nueva versión del distrito 34 por aproximadamente 16 puntos. En fin, son las matemáticas de los expertos electorales.

La victoria de Mayra Flores puede ser parte de una tendencia más amplia en los estados con una alta población hispana donde los Republicanos están ganando contiendas locales. El año pasado, el partido Republicano ganó dos contiendas por las alcaldías mayoritariamente hispanas en Texas. Javier Villalobos derrotó a un candidato respaldado por los Demócratas en la ciudad fronteriza de McAllen, mientras que Mattie Parker superó a un Demócrata en Fort Worth que contaba con el respaldo de Beto O’Rourke y Julián Castro, quienes se postularon para presidente de Estados Unidos en 2020.

Cuando Mayra Flores se enfrente a Vicente González en noviembre, las líneas recién trazadas del distrito 34 favorecerán a los Demócratas. Pero ella dijo que no se dejará intimidar por ese desafío. La victoria de Flores es parte de una “ola roja” que se extiende por la región del sur de Texas, mayoritariamente hispana, que durante décadas votó incondicionalmente por los Demócratas. Flores dijo que basó su campaña en “fuertes valores conservadores que se centraron en la fe, la familia y el trabajo duro”.

Más allá de lo que pueda ocurrir en la política estadounidense, las lecciones de este caso para la política electoral mexicana son evidentes: cuando no hay resultados de un gobierno federal y cuando un candidato se enfoca correctamente, puede construir una historia que está en sintonía con lo que quieren y esperan los electores. Cuando un candidato asigna los recursos inteligentemente para promover honesta y eficazmente su marca, su mensaje y la operación electoral, gana la elección aunque el partido dominante haya estado 6 ó 150 años en el poder.